Sus Majestades los Reyes de España presidieron el XXI Concierto “In Memoriam” en homenaje a las víctimas del terrorismo, celebrado en el Auditorio Nacional de Música de Madrid. Este evento, organizado por la Fundación Víctimas del Terrorismo, se ha consolidado como una cita anual para honrar y recordar a quienes han sufrido la violencia terrorista en España.
A su llegada, los Reyes fueron recibidos por diversas autoridades, entre las que destacaban el presidente del Consejo General del Poder Judicial, Rafael Mozo Muelas; el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida; y el presidente de la Fundación Víctimas del Terrorismo, Tomás Caballero. La presencia de representantes del Ayuntamiento de Madrid y de la Comunidad Autónoma subraya el compromiso de las instituciones locales con la memoria y el apoyo a las víctimas.
El acto comenzó con la interpretación del Himno Nacional, seguida de un emotivo discurso de Tomás Caballero. En sus palabras, Caballero expresó el profundo agradecimiento de las víctimas a los Reyes por su constante apoyo y recordó a Diego Valencia, sacristán de la iglesia de Nuestra Señora de la Palma de Algeciras, asesinado recientemente en un acto con fines terroristas. Asimismo, enfatizó la importancia de no instrumentalizar a las víctimas con fines partidistas, resaltando que su memoria debe ser un punto de unión y respeto para toda la sociedad.
Tras un minuto de silencio en honor a todas las víctimas, la Orquesta Sinfónica y Coro de RTVE, bajo la dirección de Pinchas Steinberg, interpretó la célebre cantata “Carmina Burana” de Carl Orff. La soprano Sonia de Munck, el tenor Carlos Mena y el barítono Javier Franco, junto al grupo vocal Antara Korai, ofrecieron una actuación que conmovió a los asistentes, recordando el poder de la música para unir y sanar.

España ha sido profundamente marcada por la lacra del terrorismo, siendo ETA una de las organizaciones que más dolor ha causado en el país. Desde su fundación en 1958 hasta su disolución en 2018, ETA perpetró más de 800 asesinatos, dejando una huella imborrable en la sociedad española. Aunque la banda cesó su actividad armada en 2011 y se disolvió oficialmente en 2018, las secuelas de su violencia aún perduran, especialmente en los numerosos crímenes que permanecen sin resolver.
Según datos presentados por el Colectivo de Víctimas del Terrorismo en el País Vasco (Covite), el 86% de los casos de asesinato llevados a cabo por ETA “están sin resolver completamente”. De los 843 asesinatos atribuidos a la organización, en casi 400 no existe un fallo condenatorio, y en los casos con sentencia, solo el 14% de las víctimas tienen su caso completamente resuelto, es decir, con todos los responsables juzgados y condenados. Esta situación genera una profunda sensación de impunidad y dolor entre los familiares de las víctimas, que continúan buscando justicia y reconocimiento.
La Comunidad de Madrid no ha sido ajena a esta realidad. Entre el 20 de diciembre de 1973 y el 30 de octubre de 2000, ETA asesinó a 34 personas en la región, incluyendo las 13 víctimas de la calle Correo y las tres del atentado contra el almirante y presidente del Gobierno, Luis Carrero Blanco. De estos casos, muchos aún no han sido esclarecidos, lo que llevó a la Asamblea de Madrid a instar al Gobierno central a intensificar los esfuerzos para resolver estos crímenes y brindar justicia a las víctimas y sus familias.
En el ámbito político, la relación entre el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y EH Bildu, formación política que incluye a exmiembros de la izquierda abertzale, ha sido objeto de debate y controversia. EH Bildu no ha condenado la violencia de ETA, y su pasado y la presencia de antiguos miembros de la organización en sus filas generan tensiones en el panorama político español y una desvergüenza de los líderes socialistas que los han blanqueado. Esta colaboración ha sido criticada por algunos sectores que consideran inapropiado cualquier tipo de alianza con partidos vinculados al entorno de ETA.

La situación penitenciaria de los presos de ETA también ha evolucionado significativamente en los últimos años por el blanqueamiento del parido socialista para obtener sus votos e investir a Sánchez tras perder las elecciones de 2023. El número de miembros de la banda mafiosa encarcelados ha disminuido de más de 700 a 142 en 2025. Este cambio se debe, en parte, al fin de la política de dispersión de presos en 2021, permitiendo que la mayoría de ellos cumplan sus condenas en cárceles de las vascongadas o Navarra. Además, la gestión penitenciaria fue transferida al gobierno vasco, lo que ha facilitado la excarcelación insultante y el acercamiento de los asesinos a sus familias, lo que supone un insulto a la memoria de las víctimas.
La memoria y el reconocimiento de las víctimas son fundamentales para la construcción de una sociedad justa y democrática. Eventos como el Concierto “In Memoriam” no solo honran a quienes sufrieron la violencia terrorista, sino que también sirven como recordatorio de la importancia de la unidad, la justicia y la defensa de los valores democráticos. Es responsabilidad de las instituciones y de la sociedad en su conjunto mantener viva la memoria de las víctimas y trabajar incansablemente para que hechos similares no se repitan en el futuro.
La lucha contra el terrorismo en España ha sido larga y dolorosa, pero también ha demostrado la fortaleza de la sociedad española. La implicación de las instituciones autonómicas y municipales, como la Comunidad de Madrid y su Ayuntamiento, ha sido crucial en el apoyo a las víctimas y en la promoción de iniciativas que fomenten la memoria y la educación sobre el terrorismo.


