En una jornada marcada por la solemnidad y el simbolismo institucional, Su Majestad el Rey ha presidido este lunes, en el Cuartel General del Ejército de Tierra en Madrid, la reunión del Consejo Superior del Ejército de Tierra. Un gesto cargado de significado que pone de relieve, una vez más, el firme compromiso de la Corona con las Fuerzas Armadas y la defensa de España como uno de los pilares fundamentales del Estado.

La presencia del Rey en este órgano colegiado, compuesto por los más altos mandos del Ejército de Tierra, subraya su papel constitucional como Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas y su cercanía con quienes velan por la soberanía, la integridad territorial y la libertad de todos los españoles. La reunión, de carácter estratégico, se celebró en un clima de máxima institucionalidad, siendo uno de los principales foros donde se examinan y planifican las líneas maestras de la estructura, capacidades y retos del Ejército de Tierra.

El Consejo Superior del Ejército es un órgano de consulta del Jefe de Estado Mayor del Ejército de Tierra, y su función va más allá de la evaluación técnica: es la plataforma donde se proyecta la visión de futuro de una fuerza armada moderna, eficaz y leal a los valores constitucionales. En este contexto, la participación del Rey no solo aporta respaldo institucional, sino también aliento moral a quienes portan con orgullo el uniforme del Ejército.

La Corona, a lo largo de la historia reciente, ha ejercido un papel decisivo como garante de la estabilidad nacional y de la unidad en torno a los grandes valores de la Nación. La figura del Rey, símbolo de permanencia y continuidad, representa también la neutralidad y el equilibrio entre los poderes del Estado. Su presencia al frente de las Fuerzas Armadas no es una mera formalidad, sino una expresión viva de su compromiso con la defensa de España y de los derechos y libertades de sus ciudadanos.

Durante su intervención, el Rey ha querido transmitir su apoyo incondicional a los miembros del Ejército, agradeciendo su entrega, su vocación de servicio y su permanente disposición para actuar, tanto en territorio nacional como en misiones internacionales. Asimismo, ha subrayado la importancia de mantener unas capacidades operativas adecuadas a los desafíos actuales, desde la defensa frente a amenazas híbridas hasta la participación en operaciones de mantenimiento de la paz y ayuda humanitaria.

La jornada ha servido también para reflexionar sobre el papel esencial que las Fuerzas Armadas desempeñan en tiempos de incertidumbre geopolítica. La defensa ya no es solo una cuestión de fuerza militar, sino también de inteligencia, tecnología, cooperación internacional y cohesión social. En este sentido, la Corona actúa como unificador moral y como referente de unidad nacional, asegurando que la acción defensiva española esté siempre guiada por los principios constitucionales y el interés general.

Más allá del análisis técnico y doctrinal, la reunión del Consejo Superior ha sido una ocasión para destacar la necesidad de preservar la cultura de defensa entre los ciudadanos. Una nación consciente de los valores que protegen su libertad es una nación más fuerte y más preparada para afrontar cualquier adversidad. En este punto, la Corona juega también un papel educativo y simbólico, recordando que la seguridad no puede entenderse sin el compromiso de todos.

El Rey ha mostrado especial sensibilidad hacia los desafíos del Ejército de Tierra en su proceso de modernización, y ha alentado a sus mandos a seguir avanzando con determinación, siempre al servicio de España. En sus palabras se percibió, además, una firme voluntad de seguir acompañando personalmente a las Fuerzas Armadas en su evolución y de representar, como siempre ha hecho, un nexo de unión entre la milicia y la sociedad.

Esta reunión anual, enmarcada en el calendario estratégico del Ejército de Tierra, adquiere especial relevancia en un contexto internacional volátil, donde la presencia institucional del Rey aporta estabilidad, serenidad y confianza. Su implicación directa fortalece el prestigio de nuestras Fuerzas Armadas y dignifica la función esencial que desempeñan en la protección de la paz, la legalidad y los intereses de la Nación.

La Corona continúa siendo un faro de unidad y compromiso en el servicio a España, y su liderazgo al frente de las Fuerzas Armadas se traduce en respaldo, gratitud y reconocimiento a quienes hacen posible que la defensa siga siendo garantía de libertad y de futuro.