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Burela Abraza a los Reyes: Una Jornada de Cariño y Tradición Marinera

La localidad costera de Burela, en la comarca de Mariña lucense, vivió una jornada histórica con la primera visita oficial conjunta de Sus Majestades los Reyes de España, Don Felipe VI y Doña Letizia. Este evento, enmarcado en las celebraciones del X Aniversario de la proclamación de Felipe VI, no solo destacó por su simbolismo institucional, sino por el cálido y afectuoso recibimiento que los bureleses dispensaron a los monarcas, quienes se sumergieron en la rica cultura pesquera y las tradiciones de este emblemático pueblo gallego. La visita, centrada en el sector pesquero, puso en valor la importancia de Burela como uno de los principales puertos boniteros de Galicia y referente en la pesca de merluza de pincho, además de resaltar el esfuerzo de sus habitantes por preservar su identidad marinera.

Desde primeras horas de la mañana, Burela se preparó con entusiasmo para recibir a los Reyes. La expectación era palpable, y las calles del municipio, con apenas 9.547 habitantes y una diversidad cultural que acoge a 51 nacionalidades, se llenaron de vecinos ansiosos por dar la bienvenida a Felipe y Letizia. La alcaldesa, Carmela López, expresó su incredulidad inicial al recibir la llamada de la Casa Real confirmando la visita: “Lo primero que haces es mirar en internet si el número es verdadero, porque no te lo crees”, confesó entre risas. Sin embargo, la sorpresa dio paso a una organización meticulosa, con la colaboración de las fuerzas de seguridad y el protocolo de la Casa Real, para garantizar que todo estuviera a la altura de la ocasión.

La jornada comenzó alrededor de las 12:30, cuando los Reyes llegaron al puerto de Burela, recibido por un nutrido grupo de autoridades, entre las que se encontraban el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, la conselleira do Mar, Marta Villaverde, y la propia alcaldesa. El mural conmemorativo del centenario de la Cofradía de Pescadores, que opera desde 1923, fue el primer punto de encuentro, donde Basilio Otero, patrón mayor de la Cofradía y presidente de la Federación Nacional de Cofradías, explicó la relevancia histórica del lugar. Los aplausos y vítores de los vecinos congregados marcaron el tono festivo de la llegada, con gritos de “¡Viva el Rey!” y “¡Viva la Reina!” resonando en el puerto.

El recorrido de los Reyes se centró en el corazón marinero de Burela, comenzando por la Cofradía de Pescadores, una institución centenaria que simboliza la conexión indisoluble del municipio con el mar. Allí, los monarcas conocieron de primera mano la situación actual del sector pesquero, que representa más del 19% del PIB local y cuya lonja es un referente nacional, con un 33,5% del volumen de pescado fresco y un 39,8% de la facturación del país. La flota burelesa, pionera en sostenibilidad con la ecoetiqueta por su bajo impacto ambiental, fue uno de los puntos destacados de la visita, subrayando el compromiso del municipio con la modernización y la calidad.

Uno de los momentos más emotivos tuvo lugar en la nave de redes, donde los Reyes se reunieron con tres integrantes de la Asociación de Redeiras de Burela: Marta, su hija Mar, y Adelina. Estas mujeres, representantes de las 4.000 trabajadoras gallegas dedicadas a la pesca —de un total de 5.000 en España—, explicaron el oficio tradicional de reparar redes, un trabajo artesanal que preserva la esencia de la cultura marinera. Doña Letizia, especialmente interesada, destacó el papel crucial de las mujeres en un sector históricamente masculino, mientras que Don Felipe escuchó con atención las historias de esfuerzo y dedicación. También conocieron a cuatro estibadoras del puerto, otro ejemplo de la presencia femenina en la pesca, reforzando el mensaje de inclusión y reconocimiento.

El itinerario continuó en el muelle viejo, frente al Barco Museo Reina del Carmen, un bonitero tradicional de los años 60 que encarna la historia marítima de Burela. Atracado como un testimonio vivo de las faenas de antaño, el barco atrajo a unos 200 vecinos que, entre aplausos y gritos de entusiasmo, recibieron a los Reyes con ramos de flores y el sonido de gaitas y panderetas. La reina Letizia, con un look informal que incluía una blusa de rayas del diseñador gallego Roberto Verino, se mostró especialmente cercana, saludando a los presentes, haciéndose selfies y respondiendo a los cariñosos gritos de “¡Guapa!”. Don Felipe, por su parte, vestido con una camisa de cuadros y americana sin corbata, también se ganó el afecto de los bureleses con su actitud afable.

El punto álgido de la visita fue la experiencia en la lonja de Burela, una de las más importantes de Europa por su volumen y facturación, con 60 millones de euros anuales provenientes principalmente de la merluza de pincho (34,82% de las descargas y 52,88% de la facturación) y el bonito del norte (más del 10%). Los Reyes participaron en una simulación de subasta, manejando mandos electrónicos para pujar por pescado fresco capturado por el barco Breogán I, que había llegado el domingo desde el caladero de Gran Sol. Don Felipe adquirió un lote de merluza por 21,05 euros, mientras que Doña Letizia se hizo con un lote de bonito por 15,20 euros, un gesto que simbolizó su apoyo al sector pesquero y desató aplausos entre los presentes. Los jóvenes patrones del barco, Antonio y Noe, explicaron las técnicas de pesca selectiva, resaltando la sostenibilidad de la flota burelesa.

La visita culminó en el Ayuntamiento, donde los Reyes fueron recibidos con más vítores y música tradicional. Cientos de vecinos se congregaron en la Praza do Concello, algunos portando banderas españolas y gallegas, para expresar su entusiasmo. Allí, los monarcas firmaron el Libro de Honor, dejando un mensaje que reflejaba su admiración por Burela: “Nos alegra mucho tener hoy la oportunidad de visitar el Concello de Burela y transmitir nuestro afecto y reconocimiento a su historia y su presente tan vinculado a la mar, a la pesca y que tanto aportan a Galicia y España. Gracias por vuestro cariño y por mantener con tanto afecto y constancia vuestras tradiciones”. También conocieron a las jugadoras del Burela FS, campeonas de siete Copas de la Reina, un encuentro que añadió un toque deportivo a la jornada.

El cariño de los bureleses no pasó desapercibido. Desde los saludos personales hasta los selfies y los abrazos, los Reyes se mostraron accesibles, rompiendo el protocolo para conectar con los vecinos. Entre la multitud, destacó la presencia de la comunidad caboverdiana, cuya relación con Burela se remonta a los años 70, y de representantes del comité de empresa de Alcoa, quienes entregaron una carta a Don Felipe solicitando apoyo para la fábrica de San Cibrao. Estas interacciones reflejaron la diversidad y las inquietudes de un pueblo que, pese a su tamaño modesto, es un crisol de culturas y un pilar económico de Galicia.

La visita de los Reyes no solo puso a Burela en el mapa, como destacó Basilio Otero, sino que reforzó el orgullo de sus habitantes por su legado marinero. “Es un aliciente superbueno para el pueblo”, afirmó Isabel, una vecina, mientras Beatriz añadía: “Así conocen nuestra forma de vivir y de ser”. La jornada, marcada por la niebla típica de la costa lucense, se convirtió en un día soleado para Burela, gracias al calor humano de sus gentes y al reconocimiento real a sus tradiciones.

La visita de Don Felipe y Doña Letizia a Burela fue mucho más que un acto oficial: fue una celebración de la identidad marinera, un homenaje a las mujeres y hombres que sostienen el sector pesquero, y un testimonio del vínculo inquebrantable entre Burela y el mar. El cariño desbordante de los vecinos, combinado con la inmersión de los Reyes en la lonja y las tradiciones locales, convirtió el 17 de junio de 2025 en un día inolvidable para esta villa costera, que demostró con orgullo por qué “Burela es mar. Siempre fue. Siempre será”

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