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La Corona está con la gente, con los damnificados, con quienes han sufrido.

Los Reyes Felipe VI y Letizia, han estado este viernes en Extremadura demostrando, una vez más, el respaldo directo de la Corona a los ciudadanos que atraviesan graves dificultades. La presencia de los Monarcas en los municipios más afectados por los incendios forestales del norte de Cáceres ha sido un claro mensaje: la Corona está con la gente, con los damnificados, con quienes han sufrido la devastación del fuego y la incertidumbre de los desalojos.

Cercanía real en tiempos difíciles
Desde primera hora, los Reyes han recorrido localidades como Rebollar, Cabezabellosa y Hervás, lugares que hace apenas unos días veían cómo las llamas arrasaban montes, cultivos, y viviendas, obligando a la evacuación y el confinamiento de centenares de personas. El calor era asfixiante, el humo todavía pesado, y el ambiente cargado de emoción. Sin escoltas excesivas ni barreras rígidas, Felipe VI y Letizia se han acercado a los vecinos, los han saludado uno a uno, han escuchado de viva voz sus historias, sus pérdidas y hasta sus miedos. Los aplausos y los vítores —“¡Viva el Rey!”, “¡Viva la Reina!”— mostraban una gratitud sincera.

El valor del acompañamiento frente al formalismo
La visita de los Reyes ha destacado por su tono humano y por la voluntad deliberada de mantener contacto directo con los afectados. Ni un solo gesto frío ni mera oportunidad fotográfica: los monarcas han dado la mano a los agricultores y ganaderos que lo han perdido todo, se han parado con los más pequeños para repartir sonrisas, han posado en selfies improvisados y, sobre todo, han escuchado.

Además, han conversado con los equipos de la Unidad Militar de Emergencias, personal sanitario, voluntarios y brigadistas, demostrando que la Casa Real aprecia y reconoce el trabajo de quienes arriesgan sus vidas cada verano. La constante en sus palabras y gestos ha sido la empatía y la comprensión directa. Un contraste marcado con el proceder de otras altas figuras del Estado en momentos críticos.

Sánchez: distancia con los ciudadanos y vuelta a las vacaciones
Frente a la sensibilidad y cercanía de la Corona, la actitud mostrada por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha sido radicalmente distinta. Sánchez visitó la zona de los incendios en Jarilla y estuvo presente en diversos “puestos de mando avanzado”, rodeado prácticamente en exclusiva de autoridades, responsables políticos y seguridad institucional. Sin embargo, no mantuvo un contacto directo con vecinos ni se acercó a los afectados como sí hicieron, y de forma notoria, los Reyes.

Las imágenes y testimonios que han circulado por los medios lo muestran visitando el Puesto de Mando y conversando con alcaldes y técnicos, pero no existen registros ni referencias de encuentros espontáneos con la gente del territorio, ni de abrazos, ni palabras de consuelo a pie de calle. Esta distancia es, hoy por hoy, uno de los elementos más criticados por numerosos vecinos, quienes esperaban una actitud más implicada del presidente del Gobierno.

Vacaciones polémicas en La Mareta
La situación se agrava por el hecho de que, tras un breve paréntesis institucional en Galicia y Extremadura, Pedro Sánchez retomó de inmediato sus vacaciones en La Mareta, Lanzarote, justo cuando los incendios seguían activos y las evacuaciones aún no se habían detenido. En lugar de permanecer junto a los afectados o supervisar sobre el terreno la evolución de emergencia, Sánchez optó por priorizar su descanso en plena crisis.

Son muchas las voces que, desde la oposición política hasta los propios damnificados, lamentan la falta de implicación social. “¿Es lícito que Sánchez alargue sus vacaciones de lujo mientras España arde?”, titulaba un medio nacional, en clara alusión al desconcierto y desapego institucional percibidos entre la población. En redes sociales, el sentir general coincide en la sensación de abandono por parte del Ejecutivo, a diferencia de la cercanía real de la Corona.

La Corona, garante de unidad y consuelo
La visita de los Reyes a Extremadura se enmarca, además, dentro de una gira intensa por otras regiones que han padecido los estragos de los incendios, como León, Zamora y Orense. No es una acción aislada: la Corona está actuando como garante de unidad, solidaridad y, sobre todo, consuelo en una España marcada por las divisiones políticas y la crispación.

En cada parada, han insistido en trasladar un mensaje de apoyo, cariño y reconocimiento a quienes luchan a diario para salir adelante tras la tragedia. Han evidenciado que la institución no entiende de colores políticos ni de cálculos electorales, sino de compromiso humano y servicio a todos los ciudadanos, especialmente en los momentos más duros.

Impacto real en los afectados
El efecto de la presencia real es tangible. Vecinos como Maruchi, de 88 años, no ocultaban la emoción: “Pensé que nunca llegaría a ver a los Reyes en mi pueblo. Han venido aquí y nos han escuchado. Eso es lo que necesitamos, que nos vean y nos entiendan”. Los agricultores, conscientes de que la recuperación será larga, agradecen que la Corona les dé visibilidad y, sobre todo, que haya tocado el terreno que pisan cada día.

Para los habitantes de Rebollar, Cabezabellosa y Hervás, la visita de la Reina Letizia y el Rey Felipe no quedará en una simple anécdota. Se percibe como muestra de respeto, afecto y una señal de que, al menos, una parte de las instituciones está indudablemente a su lado, frente a la frialdad burocrática y a la distancia política.

La jornada en Extremadura ha dejado claro que, en tiempos de crisis, el apoyo real y sincero de la Corona marca la diferencia. Felipe VI y Letizia han demostrado que el compromiso no solo se proclama en discursos, sino que se manifiesta a pie de pueblo, conversando con quienes más lo necesitan. Un gesto que contrasta con las prioridades del presidente Sánchez, más pendiente de su agenda vacacional que del sufrimiento de los españoles.

Así, mientras los Reyes han optado por “mojarse” junto a los extremeños afectados por el fuego, demostrando una vez más la razón de ser de la institución, el presidente del Gobierno ha elegido la distancia y el retorno a su descanso, dejando a muchos ciudadanos con la sensación amarga de sentirse solos en medio de la tragedia

1 comentario

  1. Avatar de fgpedroche

    Sus altezas demuestran sensibilidad con el sufrimiento de las víctimas, a diferencia de los políticos, que sólo piensan en su reelección. Necesitamos otras casta política con «sentido de Estado»; así no vamos bién.

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