El amadrinamiento de la Fragata F111 “Bonifaz” ha sido un acontecimiento cargado de simbolismo, relevancia institucional y orgullo nacional. Este histórico acto, presidido por Su Majestad la Reina Doña Sofía, representa mucho más que la botadura de una nueva embarcación: es la revitalización de la tradición, la apuesta por la innovación tecnológica y, sobre todo, el reflejo del compromiso de la Corona con la Armada y con la sociedad española.

Desde su llegada a los astilleros de Navantia en Ferrol, la Reina Sofía irradiaba esa serenidad y dignidad que la han convertido en una de las figuras más queridas y respetadas de la monarquía. Su Majestad fue recibida por las principales autoridades, mostrando esa cercanía y humildad que tanto la caracteriza y que permite a todos sentirse partícipes de un acto de transcendencia. El público y quienes presenciaban la ceremonia sentían el peso de la historia, conscientes de que estaban viviendo un acontecimiento único: la puesta a flote de la primera de una serie de fragatas que, en los próximos años, formarán la columna vertebral de la defensa marítima española.

El ritual del amadrinamiento, lleno de tradición naval, alcanzó su momento más emocionante cuando la Reina Sofía cortó la cinta que liberó la simbólica botella y las sujeciones del buque. Este gesto, cargado de buenos augurios, representa la protección y la buena fortuna para la nave y todos aquellos que servirán en ella. El estallido y la caída de la botella contra el casco arrancaron un aplauso caluroso, uniendo en una sola voz a marinos, shipbuilders, familias y ciudadanos presentes.

Durante todo el acto, la Reina Sofía mostró una actitud atenta, cercana y cordial, saludando con afecto tanto a los mandos militares como a los trabajadores de Navantia y sus familias. La Reina es especialmente apreciada en el ámbito militar por su defensa constante de los valores de profesionalidad, entrega y sentido del deber, virtudes que ha sabido transmitir a distintas generaciones de españoles. El amadrinamiento del “Bonifaz” resulta aún más emotivo al venir de una monarca que, con su ejemplo, ha consolidado el lazo entre la Corona y nuestras fuerzas armadas.

A lo largo de su vida, doña Sofía ha apoyado frecuentemente actos navales y ha demostrado un profundo respeto y admiración por la profesionalidad y la tradición de la Armada. Su presencia en un acontecimiento tan señalado subraya la importancia del nuevo programa F110, que contempla la construcción de cinco fragatas avanzadas. Estas modernas embarcaciones incorporan sistemas tecnológicos innovadores, como el Gemelo Digital, una réplica virtual que permite monitorizar y mejorar el funcionamiento del buque en tiempo real, y el Sistema de Servicios Integrados, una red inteligente que otorga seguridad y eficiencia.

El bautizo del Bonifaz representa el futuro de la Armada, simbolizando la apuesta de España por la autonomía estratégica y el desarrollo tecnológico. Pero la figura de la Reina aporta un significado más profundo, porque encarna la continuidad, la fidelidad a los valores y el compromiso permanente con el bien común. Su intervención fue ejemplo de contención y solemnidad: su gesto sereno al cortar la cinta, su sonrisa a los tripulantes y su mirada emocionada mientras el buque tocaba el agua, quedarán grabados en la memoria colectiva de quienes añoran una monarquía cercana y al servicio del pueblo.

No se puede pasar por alto la emoción que para muchos representó el ver a la Reina Sofía protagonizando un acto de semejante trascendencia tras meses de incontables muestras de servicio y generosidad. En momentos de cambio y desafíos, su figura brinda estabilidad y confianza; su capacidad de unir a la sociedad es tan importante como la fortaleza de nuestro nuevo buque de guerra.

El amadrinamiento de la fragata Bonifaz es un mensaje de esperanza, unidad y futuro. Y en el centro de esa ceremonia estuvo Su Majestad la Reina Sofía, recordándonos que la grandeza de España se cimienta en el trabajo, la innovación y, sobre todo, en los valores humanos que su reina emérita ejemplifica día tras día