La Reina Sofía presidió la inauguración del Congreso Internacional sobre Enfermedades Neurodegenerativas, un encuentro científico de relevancia mundial que reunió a investigadores, médicos y expertos en neurología con el objetivo de avanzar en la comprensión y tratamiento de patologías como el alzhéimer, el párkinson, la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) y otras dolencias que afectan directamente al sistema nervioso central. La cita, celebrada en un espacio de referencia académica y hospitalaria, fue organizada por instituciones especializadas y contó con apoyo tanto nacional como internacional.
Durante el acto inaugural, la Reina Sofía destacó tanto por su cercanía como por el profundo compromiso que ha mantenido a lo largo de décadas con el bienestar de los pacientes y el respaldo a la investigación biomédica. Su figura, más allá de lo protocolario, se ha convertido en un símbolo de estabilidad en el impulso de proyectos científicos orientados a afrontar los grandes retos de la salud pública. En su discurso, transmitió mensajes de ánimo a los investigadores y subrayó la necesidad de aunar esfuerzos, compartir conocimientos e invertir de manera decidida en innovación para mejorar la calidad de vida de las personas afectadas por enfermedades neurodegenerativas.
El papel de la Reina en la investigación médica
La Reina Sofía lleva muchos años vinculada a iniciativas relacionadas con la investigación médica y social. Desde la creación de la Fundación Reina Sofía en 1977, ha sido una firme defensora de aquellas causas que buscan aliviar el sufrimiento humano a través de la ciencia, la cooperación internacional y la conciencia ciudadana. Uno de los ejes prioritarios de esta fundación es precisamente la lucha contra el alzhéimer. Gracias a esa labor, se ha apoyado económicamente y de forma institucional a hospitales, centros de investigación y programas innovadores orientados a comprender mejor esta enfermedad, considerada por muchos como la gran epidemia silenciosa del siglo XXI.
En este contexto, la presencia de la Reina en el congreso no solo estuvo motivada por su papel honorífico, sino que reafirmó su apuesta concreta por seguir impulsando la cooperación entre entidades médicas, gubernamentales y asociaciones de pacientes. Su respaldo ha sido clave en generar confianza social en los proyectos de largo plazo, así como en propiciar que la enfermedad neurodegenerativa reciba visibilidad mediática y seguimiento político.

Avances y desafíos tratados en el congreso
Durante el desarrollo del Congreso Internacional sobre Enfermedades Neurodegenerativas, se presentaron resultados recientes sobre la genética aplicada a la neurociencia, el potencial de las terapias celulares y las estrategias de medicina personalizada. También se abordó el reto que supone el envejecimiento poblacional en todo el mundo. Según datos difundidos en el propio encuentro, se prevé que la prevalencia de patologías como el alzhéimer pueda duplicarse en las próximas décadas. Esta situación genera un desafío enorme para los sistemas sanitarios y para las familias de los pacientes, que a menudo asumen un rol de cuidadores con gran desgaste físico y emocional.
Ante esta realidad, la Reina Sofía insistió en la importancia de reconocer el trabajo de esas familias y de las asociaciones que las apoyan. Recalcó que sin una red social y sanitaria fuerte, el peso de la enfermedad se vuelve insostenible. Asimismo, animó a los gobiernos presentes en el congreso a destinar recursos a la prevención, a campañas de concienciación y a la formación específica del personal sanitario.
Un legado de compromiso personal
El compromiso de la Reina Sofía no se limita a un papel institucional. Con frecuencia ha visitado centros especializados, residencias y asociaciones de familiares, donde ha escuchado de primera mano las vivencias de pacientes y cuidadores. Esta cercanía le ha otorgado un reconocimiento especial tanto en la sociedad española como en el ámbito internacional. Personalidades del mundo científico han coincidido en señalar que su implicación personal ha contribuido a que determinados proyectos encuentren mayor visibilidad y respaldo económico.
La Reina ha defendido siempre la idea de que la ciencia es un motor de esperanza y futuro. A lo largo de su trayectoria ha promovido la creación de plataformas que ponen en contacto a investigadores, gestores sanitarios y organismos internacionales, ayudando a construir puentes entre distintas disciplinas. En el campo de las enfermedades neurodegenerativas, su mayor logro ha sido mantener viva la conversación pública sobre un problema que antes permanecía relegado al ámbito privado de las familias.

La inauguración del Congreso Internacional sobre Enfermedades Neurodegenerativas dejó patente que la figura de la Reina Sofía es ya inseparable de la lucha contra estas dolencias. Su presencia aportó solemnidad al encuentro, pero sobre todo reafirmó el papel fundamental que desempeña la monarquía española en iniciativas solidarias y científicas de alcance global. En un tiempo en que la investigación biomédica demanda recursos e impulso político, la constancia y sensibilidad de la Reina Sofía se erigen como elementos claves para dar continuidad a programas que buscan, en última instancia, devolver la esperanza a millones de personas y familias.
En cada palabra y gesto durante la inauguración, la Reina transmitió un mensaje de unidad y responsabilidad colectiva. Su apoyo constante continúa siendo un referente y un estímulo para que la sociedad, la ciencia y las instituciones trabajen unidas en la búsqueda de soluciones frente al reto mayúsculo que representan las enfermedades neurodegenerativas.

