El homenaje celebrado en Valencia en memoria de las víctimas de la DANA se convirtió en un acto profundamente emotivo y humano, presidido por los Reyes de España que quisieron mostrar su solidaridad y afecto a los familiares de quienes perdieron la vida en la catástrofe de hace un año. Más allá de la formalidad institucional, la ceremonia fue un momento de reconocimiento y consuelo compartido por toda la sociedad.
El homenaje tuvo lugar en el Museo de las Ciencias Príncipe Felipe, un lugar solemne y lleno de simbolismo para rendir tributo a los 237 fallecidos durante la DANA, que arrasó distintas zonas de Valencia y otras provincias. La ceremonia comenzó con la interpretación del himno nacional y saludos en varios idiomas, reflejando la diversidad y la solidaridad del evento. Los Reyes llegaron al acto siendo recibidos en un ambiente de respeto y recogimiento, en el que se acercaron personalmente a los familiares para escuchar sus historias y compartir su dolor.

Durante el acto, se realizó una ofrenda floral al son de una pieza musical emotiva, seguida de un minuto de silencio que unió a todos los asistentes en un homenaje respetuoso a las víctimas. La Reina Letizia mostró una gran emoción y se acercó a abrazar a muchas de las familias presentes, mostrando un gesto de consuelo muy sentido.
homenaje fue el contacto directo entre las familias y los Reyes. En un gesto cargado de humanidad, se vivieron abrazos, lágrimas y palabras personales de afecto que cruzaron la barrera entre la figura institucional y el ser humano. Este intercambio demostró la empatía y el apoyo sincero que los monarcas quisieron transmitir en esta fecha tan dolorosa.
La Reina se detuvo con particular esmero para hablar con varias mujeres y familiares, estableciendo un ambiente de cercanía y respeto, mientras el Rey Felipe VI saludaba y escuchaba atentamente a quienes se acercaban, mostrando verdadero interés por cada historia personal. Estos gestos fueron valorados por los asistentes y por la sociedad en general como la expresión más clara del compromiso emocional de la Corona con las víctimas.
Las familias expresaron su gratitud hacia los Reyes por su presencia y cercanía, sintiendo en ellos un apoyo fundamental que va más allá de lo protocolario. El Rey Felipe VI lo expresó con palabras llenas de empatía y consuelo: “La Reina y yo queremos que lo sepáis, estamos, ahora y siempre, con vosotros.”
En su discurso, el Rey Felipe VI transmitió un mensaje cargado de humanidad, solidaridad y esperanza. Recordó con respeto y solemnidad a cada una de las 237 víctimas, haciendo un guiño especial a las historias personales que quedaron marcadas por la tragedia. Subrayó la importancia de mantener viva la memoria, no solo para honrar a quienes se fueron, sino también como compromiso con el futuro.

Felipe VI reconoció el inmenso dolor de los familiares y el sufrimiento colectivo, asegurando que la Reina y él compartirán siempre ese pesar y esa fortaleza para seguir adelante. Instó a la sociedad a aprender de esta experiencia para evitar que tragedias similares vuelvan a repetirse. Más allá del recuerdo, quiso enviar un mensaje de consuelo y esperanza, afirmando que en esta lucha de memoria y justicia, las víctimas y sus familias no estarán jamás solas.
La Plaza de la Virgen de Valencia, donde se colocaron 229 mantas térmicas en nombre de las víctimas, simbolizó gráficamente el impacto de la DANA y la necesidad de mantener viva la memoria colectiva. Las mantas recordaban las utilizadas para cubrir los cuerpos en la emergencia, cada una con el nombre de una persona fallecida, creando una imagen sobrecogedora y llena de respeto.

El homenaje fue más que un acto oficial: fue un compromiso emocional, un acto de cariño recíproco donde los Reyes de España no solo presidieron sino vivieron de cerca el dolor, la esperanza y la memoria de toda una comunidad afectada por la tragedia. Su cercanía y palabras quedaron en el corazón de las familias como un símbolo de apoyo constante y de reconocimiento sincero.

