La noche del 3 de noviembre, el Teatro Real de Madrid se convirtió en el escenario de una celebración de arte, solidaridad y reconocimiento colectivo, presidida por la reina Sofía en la 40ª edición del Premio BMW de Pintura. Más allá de la entrega de galardones, el acontecimiento brilló por la emotividad del homenaje recibido por la Reina, quien no sólo reafirmó su compromiso con la cultura, sino que sufrió una sincera y cálida ovación en el día de su 87 cumpleaños.

La gala reunió a más de 1.300 invitados y artistas de talla nacional e internacional para premiar el talento pictórico y apoyar la labor de los bancos de alimentos infantiles. Desde el principio, la monarca fue recibida entre aplausos y muestras de cariño por los asistentes y ciudadanos. Vestida con un elegante traje chaqueta de tres piezas en tonos marrones y dorados, con bolso de Loewe y echarpe a juego, Sofía recorrió la exposición de las doce obras finalistas antes de acceder al patio de butacas, donde la esperaba una gran ovación.

A lo largo de sus cuarenta ediciones, el Premio BMW de Pintura se ha consolidado como una cita ineludible para la sociedad española vinculada a la creatividad, la inspiración y el compromiso social. Jamás ha faltado Sofía a esta cita, ni en los momentos más difíciles, manteniendo su apoyo firme tanto a los artistas como a las causas sociales que la acompañan.

La artista navarra Amaya Suberviola fue galardonada por su obra “ST25061”, mientras que Chino Moya se llevó el premio en la categoría de Arte Digital. Sin embargo, todos los focos de emoción se situaron sobre la figura de la reina Sofía y el homenaje que le había preparado la organización.

La ceremonia fue magistralmente conducida por Álex González y Alaska, quienes no sólo remarcaron la importancia de la cultura en nuestra sociedad, sino que hicieron del homenaje a la Reina Sofía el momento central. Alaska, visiblemente emocionada, le dedicó unas palabras que conmovieron a los presentes y a la propia homenajeada:

“Es un placer tener aquí esta noche a una mujer a la que adoramos, que además ha sido su cumpleaños. Majestad, estamos felices de tenerla esta noche entre nosotros, estamos muy agradecidos por estos años en los que nunca ha faltado a una cita con la cultura, desde lo institucional y desde lo personal. Ha estado al lado de los creadores, ha apoyado todas las iniciativas culturales y también las que tienen que ver con estar con los que más lo necesitan. Por eso y por muchas cosas ya lo dijo José Mercé, la adoramos. Gracias y esperemos que tenga muchos más cumpleaños felices y una larga vida para seguir celebrando. Gracias de verdad.”

Estas palabras envolvieron el auditorio en una atmósfera de cariño y admiración. Los asistentes, puestos en pie, ovacionaron a la Reina en un gesto espontáneo y colectivo de reconocimiento. Alaska invitó entonces a la Orquesta de Radio Televisión Española a interpretar el “Cumpleaños feliz”, acompañado por una multitud de aplausos y vítores que inundaron el Teatro Real. Sofía, emocionada, agradeció cada gesto con una sonrisa y miradas cómplices, visiblemente tocada por una celebración tan genuina.

El homenaje resaltó no sólo la implicación institucional de Sofía, sino también su calidez personal y su cercanía con los artistas, la sociedad y los más necesitados. Se enfatizó que, gracias a su constancia y apoyo continuado, el Premio BMW de Pintura ha logrado visibilizar talentos de diferentes generaciones y, sobre todo, reforzar la conexión del arte con la sociedad española.

La presencia de la Reina fue aún más destacada este año, al no poder estar acompañada por su hermana Irene de Grecia debido a motivos de salud, lo que hizo la noche aún más emotiva para ella. La propia Sofía reconoció emocionada el significado de ese homenaje, agradeciendo el cariño del público y la comunidad artística.

Al término de la ceremonia, la reina posó con los premiados, músicos y presentadores, sumando un recuerdo imborrable a su carrera como defensora incansable de la cultura y la solidaridad en España. La noche vivida en el Teatro Real no fue sólo una entrega de premios, sino la celebración pública del compromiso humano y cultural de la Reina Sofía, convertida ya en símbolo de servicio y humanidad para todos los presentes.

El 40º Premio BMW de Pintura quedará para la memoria colectiva no sólo por sus obras y galardonados, sino por el homenaje sentido y cargado de gratitud que la sociedad y el mundo de la cultura han querido tributar a la Reina Sofía en un aniversario que une arte, corazón y solidaridad.