Santa Cruz de Tenerife se vistió de gala el 7 de junio de 2025 para acoger el acto central del Día de las Fuerzas Armadas, un evento que transformó la capital tinerfeña en un escenario de orgullo, disciplina y fervor patriótico. Presidiendo este emotivo espectáculo, los Reyes de España, Felipe VI y Letizia, encabezaron un desfile que reunió a más de 3.266 militares, 35 aviones, 21 helicópteros y una imponente flota de vehículos, en una celebración que marcó la tercera ocasión en que las Islas Canarias acogen este evento, tras las ediciones de 1986 y 2003. Con un recorrido de 1.120 metros por la avenida de la Constitución, el desfile no solo mostró el poderío militar español, sino que también sirvió como un sentido homenaje a quienes han dedicado su vida a la defensa de la nación.

La jornada comenzó a las 11:30 horas con la llegada de los Reyes a la tribuna real instalada en la avenida de la Constitución, a la altura del Recinto Ferial. El Rey Felipe VI, vestido con el uniforme de verano de la Armada, reflejando su rango de capitán general, y la Reina Letizia, elegante y sobria, fueron recibidos con vítores y aplausos por miles de ciudadanos que se congregaron a lo largo del recorrido y en los balcones de los edificios cercanos, algunos engalanados con banderas de España. El ambiente era festivo, con un sol radiante que iluminaba la capital canaria, convirtiendo el día en una experiencia inolvidable para los presentes.

El acto arrancó con un solemne izado de la Bandera Nacional, un momento cargado de simbolismo que este año conmemoró los 240 años desde la creación del emblema español bajo el reinado de Carlos III. La Patrulla Acrobática de Paracaidismo del Ejército del Aire y del Espacio (PAPEA) protagonizó uno de los instantes más emocionantes, cuando un paracaidista surcó el cielo tinerfeño portando la bandera del décimo aniversario de la proclamación de Felipe VI. Este gesto, acompañado por los sones de la Marcha Real, desató una ola de aplausos entre la multitud.

A continuación, se rindió un sentido homenaje a los caídos, un acto que encapsuló el espíritu de sacrificio y entrega de las Fuerzas Armadas. La Banda Real interpretó La Muerte no es el Final, mientras se depositaba una corona de laurel al pie del mástil, un momento que conmovió a los asistentes y subrayó el compromiso de los militares con la seguridad y la paz. Este tributo, seguido por el sobrevuelo de siete aviones C-101 de la Patrulla Águila, que dibujaron los colores de la bandera española en el cielo, marcó uno de los puntos álgidos de la ceremonia, especialmente significativo en el 40º aniversario de esta emblemática unidad acrobática.

El desfile aéreo fue un espectáculo de precisión y majestuosidad, con 35 aviones y 21 helicópteros surcando los cielos de Santa Cruz. La Patrulla Águila, en una de sus últimas apariciones con los históricos aviones C-101, cerró la exhibición aérea con una maniobra que dejó al público boquiabierto, pintando el cielo con los colores nacionales. La ausencia de los tradicionales caballos de la Guardia Real, una decisión tomada para evitar el estrés del traslado desde la península, no restó grandeur al evento, que mantuvo su impacto visual y emocional.

El desfile terrestre, el núcleo del acto, reunió a 3.266 efectivos de los Ejércitos de Tierra, Aire y Espacio, Armada, Unidad Militar de Emergencias (UME), Guardia Real y Guardia Civil, de los cuales un 13% fueron mujeres, reflejando la creciente diversidad en las Fuerzas Armadas. El recorrido, desde la confluencia de la avenida de Penetración Sur hasta la rotonda de Víctor Zurita Soler, se llenó de color y disciplina con el paso de unidades como el Tercio ‘Duque de Alba’ n.º 2 de la Legión, que desfiló con su característico paso acelerado, y la Brigada ‘Canarias’ XVI. Uno de los momentos más esperados fue la aparición de la cabra Camarón, la mascota de la Legión, que marchó con orgullo junto a sus compañeros, arrancando sonrisas y vítores del público.

El desfile motorizado, con 67 vehículos y 33 motos, incluyó unidades de alta tecnología como los RG-31, URO VAMTAC ST5, VCI Pizarro y VRC Centauro, que impresionaron por su robustez y modernidad. La presencia de la Bandera del Eurocuerpo, portada por un oficial español y escoltada por suboficiales de Alemania, Bélgica, Francia, Luxemburgo y Polonia, añadió un toque de cooperación internacional, destacando el papel de España en el escenario europeo.

La semana previa al acto central, del 3 al 8 de junio, estuvo repleta de actividades en Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria, diseñadas para acercar las Fuerzas Armadas a la ciudadanía. En Santa Cruz, una exposición estática en la Avenida Marítima permitió a los visitantes conocer de cerca el material militar, mientras que el puerto acogió buques como el LHD Juan Carlos I y la Fragata Álvaro de Bazán. El viernes 6 de junio, Las Palmas de Gran Canaria vibró con una revista aeronaval y una exhibición dinámica en la playa de Las Alcaravaneras, donde el Rey Felipe VI presenció maniobras de 23 aeronaves y 14 buques, incluido el submarino S-81 ‘Isaac Peral’, que visitó Canarias por primera vez.

El lema de este año, “Nuestra defensa es un compromiso de todos”, resonó con fuerza en cada acto, recordando la importancia de la colaboración entre civiles y militares para garantizar la seguridad nacional. La elección de Canarias como escenario no fue casual: su posición estratégica en el Atlántico refuerza su relevancia en la defensa de España, un mensaje que los Reyes subrayaron con su presencia y cercanía con los ciudadanos.

El acto culminó con el arriado de la Bandera Nacional y la despedida de los Reyes, quienes fueron ovacionados por una multitud que no dejó de mostrar su entusiasmo. La jornada, retransmitida en pantallas gigantes y seguida por miles de personas, cerró una semana de celebraciones que no solo honró a las Fuerzas Armadas, sino que también fortaleció el vínculo entre los militares y la sociedad canaria. Santa Cruz de Tenerife, con su historia ligada a este evento desde 1986, cuando un joven Felipe desfiló como cadete, se consolidó como un escenario inolvidable para esta muestra de orgullo nacional.

El Día de las Fuerzas Armadas 2025 no solo fue un despliegue de fuerza y disciplina, sino una celebración de los valores de servicio, sacrificio y unidad que definen a los militares españoles. Bajo la mirada de los Reyes, Tenerife se convirtió en el epicentro de un homenaje que resonará en la memoria colectiva, reafirmando el compromiso de España con su defensa y su pueblo.


