La Reina presidió el acto central del Día Mundial de la Salud Mental en Madrid, una cita cargada de sensibilidad y reivindicación social sobre la importancia del bienestar psicológico. El evento, organizado por la Confederación Salud Mental España, estuvo enfocado en dar visibilidad a los efectos de las catástrofes naturales y otras emergencias sobre la salud mental de la población, desafíos cada vez más presentes en la agenda pública y social.

Durante su intervención, la Reina centró el discurso en el profundo impacto emocional que provocan situaciones como la DANA, los incendios, los desahucios, la pobreza o la erupción del volcán de La Palma, enumerando secuelas como insomnio, depresión, ansiedad, tristeza y la pérdida de vínculos afectivos. Subrayó que las catástrofes no solo destruyen entornos físicos, sino que dejan huellas duraderas en la mente y el bienestar de las personas, muchas veces invisibilizadas por los relatos oficiales.

“La salud mental debe dejar de ser invisible. Hay que poner palabras a lo que duele, a la incertidumbre, al miedo, y encontrar herramientas para afrontar el sufrimiento”, defendió ante pacientes, familias, profesionales y representantes de organizaciones sociales. Con referencias al pedagogo Calixto Herrera y versos del rapero El Chojin, insistió en la importancia de la narración y la lectura como instrumentos esenciales para expresar el dolor y entender las emociones. “¿Qué sucede cuando no puedes poner palabras a lo que sientes? Todos los caminos llevan a los libros. Leer permite aprender, narrar, entender y acompañar el sufrimiento”.

La Reina también puso el acento en la dimensión social de la salud mental. Señaló que la vivienda digna, las condiciones materiales y la atención comunitaria funcionan como elementos protectores ante el sufrimiento emocional y urgió a reforzar estas políticas para lograr una sociedad más justa. “Defender la salud mental es defender la justicia social”, proclamó, recordando que todos tenemos miedos, inseguridades y limitaciones; y que es tarea colectiva dotar de herramientas a quienes más lo necesitan.

El liderazgo de la Confederación Salud Mental España se vio manifestado en palabras de su presidente, Nel González Zapico, quien recordó que “la acción humana tiene el poder de cambiar el devenir de toda emergencia o catástrofe”, aunque para ello se necesita “generar respuestas colectivas”, aumentar los recursos públicos y fortalecer la coordinación entre distintas administraciones. Lourdes Tamurejo y Adela Montaño dieron voz al manifiesto de la jornada, abogando por comunidades capaces de aprender de experiencias previas y mejorar la respuesta ante futuros desafíos, transformando el sufrimiento en crecimiento compartido.

Por parte de la oposición, Alberto Núñez Feijóo se sumó al llamamiento con un mensaje simple y poderoso: “No estás solo. Sigamos rompiendo el silencio, con empatía, apoyo y compromiso. Cada vida importa”.

La clausura del acto llegó con una exhortación a la esperanza y a la exigencia ética: cuidar la salud mental requiere valentía para ponerle palabras al dolor, sensibilidad para reconocer el sufrimiento de los demás y compromiso social para no dejar a nadie atrás. La Reina apeló a la conciencia colectiva, defendiendo que “solo escuchando y acompañando se abre una puerta hacia la reconstrucción personal y comunitaria después de cada tragedia”.

El Día Mundial de la Salud Mental 2025 quedará como recordatorio de que cada pequeño esfuerzo importa, y que el avance en prevención, concienciación y recursos es imprescindible para proteger la dignidad de todas las personas y construir justicia social.