Dicen que es cortesía de los Reyes la puntualidad. Ademas de cortesía, es una máxima de la Casa Real, por lo que a las 11 en punto de la mañana, se podían ver a los Lanceros y Coraceros de la Guardia Real enfilando la calle Atocha y escoltando el Rolls Royce  en el que SSMM los Reyes llegaban para presidir el acto central de la Fiesta Nacional que, como en los último años, se lleva a cabo en la Plaza Cánovas del Castillo. Tras ellos, el coche que llevaba a las pequeñas de la Familia Real la Princesa de Asturias y la Infanta Leonor, que vivían hoy su segundo desfile del Día de la Fiesta Nacional y de la Hispanidad.

SSMM los Reyes fueron recibidos por el Presidente del Gobierno y el resto de autoridades militares y civiles. Tras los saludos protocolarios, donde pudimos ver como Su Majestad la Reina impartía a las pequeñas Leonor y Sofía un curso avanzado de saludos, el Batallón de Honores de la Guardia Real interpretaba el Himno Nacional en su versión larga, que solamente suena en honor a SM el Rey.

La Familia Real ocupó su lugar en la Tribuna Real para dar paso al izado de la Bandera de España. Portada en bandeja de Plata y escoltada por tres miembros de los ejércitos de Tierra, Mar y Aire, más un componente de la Guardia Civil, la bandera hacía su entrada solemne en la Plaza para ocupar su lugar de honor y ser izada y homenajeada.

El acto de mayor emoción, convertido en un homenaje a los caídos por España tanto militares como civiles desde hace algunos años, daba comienzo con la entrada de la corona de laurel que Su Majestad el Rey Don Felipe VI depositaria a los pies de la Bandera, por cuyos colores y, por lo que significa la Roja y Gualda de Democracia, libertad, justicia y solidaridad, dieron su vida militares, cooperantes internacionales, misioneros, pero también policías, bomberos, médicos y todo aquel que entrega lo más preciado a los demás. A los sones de «La Muerte no es el final» y entonado por un plaza a rebosar de publico, se rindió el merecido homenaje, al que puso la guinda la Patrulla Aguila que sobrevoló e
l cielo de Madrid tiñendo el cielo con los colores de la ensaña Nacional.

 

Daba comienzo el desfile aéreo, que a pesar de la amenaza de lluvia, se puedo llevar a cabo. Las pequeñas de la Familia Real estuvieron atentas y curiosas al paso de los aviones de combate y los helicópteros, a lo que el Rey contestaba con indicaciones sobre los mismos. Tras él, el terrestre, que por desgracia, otro año más, no ha contado con los carros de combate. Comenzaron el desfiles los veteranos del ejercito a los que siguieron los alumnos de las tres academias militares y la de la Guardia Civil. Siguieron la Bripac, la unidad de rescate en montaña, unidades del ejercito de Tierra, de la Armada y del Aire, junto con las de la Guardia Civil, y para cerrar el desfile terrestre la Legión, que se llevo una de las ovaciones mayores y loso comentarios de la Princesa Leonor y su hermana la Infanta Sofia, y los regulares, con su paso cadencioso y uniformes llamativos que hacen siempre levantar de sus asientos a todos los asistentes.

Para finalizar el desfile, los miembros a caballo de la Guardia Real y de la Guardia Civil, con los uniformes de gala, dieron el toque final a un lucido desfile que, a pesar de los malos augurios del tiempo, fue uno de los mas numerosos de los últimos años.

Los Reyes se dirigieron al Palacio Real para la recepción oficial, donde cerca de 1500 personas, representantes de todos los estamentos sociales,  han compartido con Sus Majestades unos instantes. A las que ya no pudimos ver es a las pequeñas Leonor y Sofía, que tras el desfile marcharon al Palacio de la Zarzuela.