Efemérides
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Sancho Garcés III, Rey de Navarra

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Sancho Garcés III el mayor (988-18 de octubre de 1035). Sancho Garcés III, que estaba llamado a proporcionar al reino de Navarra su máximo engrandecimiento y que debe su sobrenombre de “El Mayor” a esta circunstancia, heredaba el trono a los 12 años de edad. La tutela corrió a cargo de su madre Jimena Fernández y su abuela Urraca. La influencia de ambas mujeres, nacidas y educadas en Castilla, se hizo sentir en el joven rey.

Sancho Garcés III estaba perfectamente dotado para Guerra, y por su intrepidez y fortaleza se le conoció por apodo de «Cuatro manos». Aunque emprendió numerosas expediciones bélicas, siempre que pudo dio prioridad a la diplomacia y a los pactos. Su máxima ambición, en detrimento de la conquista de nuevas tierras a los musulmanes, se centraba en hacer sentir la hegemonía de Navarra sobre el resto de los reinos cristianos peninsulares, objetivo que alcanzaría mediante el empleo de la fuerza y la diplomacia.

En 1002, tras la derrota de castellanos, leoneses y navarros en Peña Cervera por las fuerzas de Almanzor, que capitaneaba su última aceifa, penetró este hasta las proximidades de Nájera, saqueando el monasterio de San Millán de la Cogolla. La calma momentánea producida por la muerte de Almanzor fue aprovechada por Sancho Garcés III para efectuar algunos avances sobre el Ebro y las tierras orientales de Soria. Fortaleció la línea defensiva de Huesca al obligar al al-Mundhir ben Yahya de Zaragoza, a devolverle algunas zonas que Almanzor había arrebatado a Navarra.

A la muerte de Guillermo Isárnez, en 1010, Conde de Ribagorza, el monarca Navarro, alegando  derechos sucesorios, invadió el condado y lo anexionó. Otro tanto hizo con el condado de Sobrarbe. Extendió su poder al otro lado de los Pirineos obligando a Gascuña, una vez muerto sin descendencia su tío Sancho Guillermo, a presentarle vasallaje; más aún, aprovechándose de las dificultades internas por las que atravesaba el conde de Barcelona, Berenguer Ramon I “el curvo”, le impuso una especie de patronazgo que menoscababa la soberanía del conde.

Su matrimonio con Munía o mayor, hija del conde castellano Sancho García ”El de los buenos fueros» le reportará la posesión de toda la Rioja al firmar un tratado por el que Navarra y Castilla reconocía los límites de sus fronteras. Cuando muera Sancho García en 1017, intervendrá en los asuntos internos de Castilla. Ante la minoría de edad del heredero García Sánchez, de siete años, las reclamaciones territoriales del monarca leones y los desafueros de los nobles ante la falta de autoridad, decidía poner el condado de Castilla bajo su protección. Asimismo, la boda de su hermana urraca con Alfonso V de León también está pensada para incrementar su influencia en la corte leonesa, que se hará sentir cuando fallezca Alfonso V en 1028, y le suceda su hijo de 11 años, Bermudo III, puesto que la regencia recaída sobre su hermana Urraca, madrastra del joven monarca, que será asesorada por un grupo de nobles navarros enviados por su hermano.

Los constantes disturbios nobiliarios que se extendieron por León y Castilla, motivados por el descontento que producía la continua intromisión Navarra en los asuntos internos, llevaron a Sancho Garcés III y a Urraca a concertar matrimonio entre el conde García Sánchez de Castilla y Sáncha, hermana de Bermudo III con el propósito de acabar con las rebeldías de los nobles. Sin embargo, el asesinato de García Sánchez por los Vela en 1029, cuando se disponía contraer matrimonio en León, frustraba el intento. Pacificador, Sancho Garcés III tuvo que asumir la protección del reino leonés, Al mismo tiempo, en nombre de su esposa Munía o Mayor, reclamaba la herencia del condado de Castilla ante una asamblea de nobles castellanos, al morir sin descendencia su cuñado García Sánchez. De acuerdo con las leyes entonces vigentes, el condado pasó a su esposa, aunque será Sancho Garcés III el que ostente el gobierno, que cederá a su segundo hijo, Fernando, en 1032. Ese mismo año, y siguiendo su política matrimonial, casara a su hijo Fernando con la hermana de Bermudo III, Sancha, la misma que estaba destinada al asesinado García Sánchez. Con esta boda se aseguraba el monarca Navarro los disputados territorios entre Cea y el Pisuerga que aporta Sancha como dote.

Esta alianza matrimonial no fue obstáculo para que Sancho Garcés III persiguiera el dominio sobre el reino leonés. No dudo en alentar a los condes gallegos, siempre dispuestos a rebelarse, para que se levantaron contra su monarca. La rebelión fue aprovechada por el Navarro para, supuestamente, ayuda a Bermudo III. Penetrando con su ejército en Galicia, venció a los condes gallegos y, en una acción incalificable, devasto luego. Entre 1032 y 1033, sin causa aparente que lo justificaran, lanza un ataque sobre León y se apoderaba de Astorga y Zamora. En 1034, apoyado por los nobles leoneses integrantes del partido Navarro, el conde de Monzón, Fernando Gutiérrez y Fernán Láinez, gobernador de León, ocupaba la ciudad de León y adoptaba el titulo de Imperiator. Bermudo III tuvo que refugiarse en Galicia, único reducto que le había dejado el Navarro.

Sancho Garcés III había hecho de Navarra el núcleo político más poderoso de la España cristiana y tuvo en sus manos la posibilidad de conseguir su unidad. Mas, siguiendo la costumbre de la época, que consideraba que la tierra pertenecía al rey, por lo tanto, divisible entre sus herederos como propiedad patrimonial, dividió su reino entre sus cuatro hijos y destruyó la obra de su reinado.

El monarca navarro adoptó la fórmula, imperante entre los francos, del origen divino de la realeza. Así, el rey se consideraba tal «por la gracia de Dios», y ya no por elección, sucesión o herencia. Esta fórmula sería adoptada, con ligeras variantes, por los otros reinos cristianos la península. También, por su mediación, se introdujo la regla benedictina, que daría nuevos impulsos a la cultura. Entre las numerosas construcciones que patrocinó, sobresale la catedral de Valencia, verdadera joya arquitectónica.

Moría Sancho Garcés III en 1035, siendo enterrados sus restos en el monasterio de Oña. De acuerdo con su testamento, el reino quedó dividido entre sus cuatro hijos:

* García Sánchez recibió el reino de Navarra, los dominios de Álava, Guipúzcoa y Vizcaya, además de las antiguas conquistas de La Rioja y las tierras ganadas a Castilla

A Fernando le legará Castilla y las tierras arrebatadas a Leon

A Gonzalo le correspondieron los condados de Sobrarbe y Ribagorza con el título de rey, aunque este reino sería de corta duración, pues Gonzalo pronto fue asesinado por su vasallo Ramonet de Gascuña incorporándose los condados al reino de Aragón en 1038.

A su hijo bastardo, Ramiro, tenido de su relaciones con Sancha de Aibar, Sancho Garcés III le cedió el antiguo condado de Aragón.

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