«¡Cuánto os hemos echado de menos!»
La historia, en muchas ocasiones, da tantas vueltas, que al final vuelve a algún punto concreto por él que ya había pasado, o por el que hizo que cambiara su rumbo. El 31 de Marzo de 1492, otros tiempos sin duda, los Reyes Católicos firman el Edicto de Expulsión de los Judíos Españoles, que, o bien se convertían al cristianismo, o tenían que emprender el camino del exilio. Los «sefardíes» que así son conocidos los descendientes de los Judíos Originarios de España, se repartieron por medio mundo, agregándose o fundando comunidades nuevas sobre todo en el norte de África, en los Balcanes y en el Imperio Otomano.
Con esta Ley, que introduce un nuevo cauce para la obtención de la nacionalidad española, se repara la anomalía hasta ahora existente, por lo que se exigía, únicamente a los sefardíes, que renunciaran a su nacionalidad previamente ostentada.
El Rey comenzó sus palabras con el saludo «¡Cuánto os hemos echado de menos!»
Su Majestad el Rey quiso manifestar, que “la página de la historia que hoy escribimos, considero que la Ley aprobada y el acto que celebramos reafirman el deseo de que esas llaves a las que aludí al comienzo de mis palabras abandonen el halo de la leyenda para representar ahora una nueva y definitiva apertura de las puertas de España a los hijos de Sefarad”.
Don Felipe, recordó que escribir nuevas y positivas páginas de la historia no es fácil, y aseguró que se encontraban en uno de esos privilegiados momentos.
El Rey quiso acabar sus palabras, haciendo mención a un antiguo proverbio sefardí que dice «quien no tiene una casa es vecino de todo el mundo”, agregando que, «yo hoy quiero deciros que ya estáis de nuevo en vuestra propia casa, que ya habéis vuelto, para siempre a vuestro hogar».