Pasarán muchos años, pero jamás olvidaremos lo que nos dejo el 11M. El rastro de las víctimas, los que se nos fueron y los que quedaron; el rumor de los llantos de quienes aun extrañamos; el ruido incesante de los que sufrieron y aun siguen viendo día tras días las brumas de aquel tremendo golpe; las negritud de las sombras que dejo aquel día. Por desgracia, en el Reino de España, estábamos acostumbrados a este tipo de ataques, no de esa magnitud, pero al final el número de vidas humanas que se van, sea 1, 20 o 193 quedan para las estadísticas, porque una muerte tan cruenta como la producida por la sin razón del ser humano, provoca siempre una desazón en el corazón que no podemos silenciar.
Ninguno de los que vivimos aquello olvidaremos que hacíamos, donde estábamos y como pasamos el día 11M desde que nos levantamos hasta que nos acostamos. Jamás se nos irá de la mente los olores, los colores, las conversaciones, las horas de radio y televisión, las imágenes y las llamadas de los amigos de fuera de Madrid que, preocupados, querían saber donde estábamos. Quizás, los españoles dimos ese día el último gran ejemplo de unidad de una sociedad a la que volaron por los aires y aun no se ha recuperado.
Y no nos hemos recuperado, porque hoy en día aun hay quien critica que se hagan homenajes, recuerdos, misas, programas y especiales sobre ese día. Aun recuerdo, porque por suerte tengo mucha memoria, como criticaban un año después la hermosa iniciativa de las iglesias de hacer redoblar sus campanas ese día para homenajear a las víctimas, con el falso argumento que hacían más daño a las víctimas por hacerles recordar su dolor. Nos olvidamos de los nuestros, caemos en la mezquina iniciativa de algunos de querer colocar una placa de unos cuantos, junto con la de aquellos que fallecieron por la sin razón humana y los que dieron su vida un día 2 de mayo en Madrid.
Hoy, 11M, a muchos habrá que recordarles que pasó un 2004, porque ni lo recordaran. Y no lo harán porque no habrá grandes homenajes, porque algunos nuevos dirigentes políticos tienen que hacer «esfuerzos» en sus agendas para estar con las víctimas, cuando estas deberían ser primordiales.
Quienes siempre han estado junto a las víctimas han sido los Reyes de España, que dieron su primera audiencia como soberanos, justamente a las víctimas del terrorismo, porque son el mayor y verdadero ejemplo de dignidad que tenemos en España.
No os olvidamos, ni hoy ni mañana ni dentro de dos meses. Jamás os olvidamos porque hemos vivido el miedo, la incomprensión y la lucha diaria de muchas víctimas que hoy, y durante toda su vida, seguirán sufriendo las consecuencias de aquellos horribles momentos.
POR TODOS VOSOTROS, NO OLVIDAMOS.
Yo siempre lo recordaré fue horrible y estoy muy orgullosa de nuestras reyes que estuvieron en todo momento pendientes de todo y sobretodo la reina Leticia que en aquellos monitor solo era la prometida de su alteza real don Felipe supo estar a la altura de las dóciles circunstancias un bravo por elle.
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Yo también me siento muy orgullosa del comportamiento de nuestros actuales reyes con el 11-M, por eso hay que entender que, aunque dijeron que la iban a cancelar, días después celebraran su despedida de solteros en el Caribe (nos enteramos por el famoso registro del bolso en el aeropuerto a SM Reina Letizia), es comprensible, lo habían pasado muy mal.
Un saludo.
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Estimada amiga:
Quisiéramos recomendarla para los servicios de espionaje. Le agradeceríamos que nos indicará como y cuando podemos enviarla a los espías más famosos del país, dado que sus dotes de investigadora son ciertamente magníficas.
Un saludo.
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