Hay personas que no entienden, o no quieren entender, lo que significa democracia, educación, saber estar y las leyes. Hay personas, que piensan que las instituciones son propias y que cuando acaban sentados en ellas son solo para aquellos que les han votado, sin llegar a comprender, que el cargo que ocupan esta por encima de las siglas. Las personas democráticas se caracterizan por una ferviente defensa de las normas, la educación y el saber estar. Porque sin leyes y normas, no hay democracia, porque sin respeto y educación, no hay democracia, porque sin saber que cargo ocupa uno y todo lo que significa, no hay democracia. Las personas que se autotitulan demócratas con un supuesto empaque que les da, no se sabe muy bien que genética, pero no respetan las leyes que no les gustan, las formas que no les gustan, los símbolos que no les gustan y los cargos que no les gustan, no son demócratas.
Cuando la gente confunde una alcaldía con su propia casa, una concejalía con un bar, o la presidencia de un parlamento autonómico con una taberna para lanzar discursos partidistas e ideologizados, es que no ha comprendido absolutamente nada, porque cuando uno ocupa un cargo de responsabilidad, se debe a unas normas y a una educación, aunque cuando esta no viene de serie en la persona, no se le puede pedir que la tengan en el cargo.
Hay personajes que hoy en día campan por nuestras instituciones, que no entienden que cuando se recibe al Rey de España, se esta recibiendo al Jefe del Estado, a la primera institución en España, y guste o no, es al cargo a quien se recibe. De la misma forma que cuando se le recibe a un Alcalde o presidente Autonómico, no se recibe a la persona, sino al cargo que ocupa, la ciudad o autonomía que representa y a los ciudadanos de esos lugares. Pero no es por falta de desconocimiento que la Alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, el presidente del Parlamento Autonómico Catalán, Roger Torrent o la Alcaldesa de Madrid Manuela Carmera, den la espantada cuando aparece el Rey con excusas idiotas, sino una forma de insultar a los españoles, a nuestros símbolos, democracia e historia. Porque si bien, a Dios gracias, España es una Monarquía, si no lo fuera, debería ser recibido la persona que ocupase el cargo, con la educación y dignidad que se le debe al cargo.
¿Se imaginan si todos hiciéramos lo mismo? Ya que la Alcaldesa de Madrid es Comunista y esa ideología asesina dejó a más de 100 millones de muertos en el mundo, que no la reciba nadie que piense de forma diferente a ella. Como la Alcaldesa de Barcelona es una persona inculta, que no ha trabajado en su vida y a vivido de subvenciones y a la sopa boba siempre, que nadie la reciba. Como el presidente del Parlamento Autonómico es alguien que ha demostrado con sus actos que odia profundamente a España y a sus ciudadanos, que no se le reciba en ningún lado. Y así, de esta forma, las instituciones pasan a un segundo plano convirtiéndose en el corralito de unos cuantos según quien lo ocupe.
Cuando el pasado 25 de febrero el Rey presidía la cena de inauguración del World Mobile Congress, y Ada Colau y Roger Torrent dieron la espantada, no lo hicieron al Rey, no lo hicieron al titular de la Corona, no lo hicieron a la Monarquía, sino a todo el país, a todos los ciudadanos y a la democracia española, porque esto no es una cuestión de quien es el titular de la Jefatura del Estado, sino quien defiende las leyes y la democracia (el Jefe del Estado, Felipe VI) y quien se salta la ley, da un golpe de estado o lo apoya y pretende imponer sus ideas por encima de todo y de todos.