Todos hemos visto con cierto estupor, la grave crisis producida en los últimos días por la irresponsable decisión que tomó el gobierno de rescindir el contrato firmado con el Reino de Arabia Saudí e incumplir el compromiso de entrega de armamento militar, que supuso un conflicto diplomático y poner en juego el mayor contrato extranjero de Navantia y unos 7.000 puestos de trabajo, a los que habría que sumar el AVE Medina-La Meca, un proyecto que no atraviesa sus mejores momentos por los problemas técnicos que se están registrando.
El asunto también implicaba el plano militar, ya que las Fuerzas Armadas españoles con aliadas de las Saudís. Existe una colaboración entre ambos en materia de formación, La armada, trabaja codo con codo con Arabia Saudí en la zona del Mar Rojo y el estrecho de Bab al Mandeb, ruta que atraviesan las unidades navales españoles de camino a aguas del Índico para la Operación Atalanta. Este enclave muy peligroso, es lugar habitual de ataques a buques por parte de los rebeldes houtíes.
El gobierno se ve sin saber que hacer y totalmente sobrepasado, por lo que se pone en contacto con el Palacio de la Zarzuela
La falta de respeto que tuvo la Ministra de Defensa, Margarita Robles, con el Reino Saudí, fue grave e irresponsable. No quiso recibir al embajador del país aliado dando excusas vagas, lo que hizo que la reacción fuera aun más significativa. El Reino Saudí amenazó con replantearse sus relaciones comerciales con España, lo que supondría una considerable merma en inversión y puesto de trabajo.
Tras las primeras intentonas del Ministerio de Exteriores, desautorizando a la Ministra Robles, llega una petición Saudí: Están abiertos a una solución amistosa… pero a cambio reclaman “la dimisión de la ministra de Defensa”, que el gobierno de Sanchez no quiso atender, anteponiendo su propia supervivencia a los intereses reales del Reino de España. La tensión es insostenible.
Ante este problema, en el que irresponsablemente nos metió la Ministra de Defensa, el gobierno se ve sin saber que hacer y totalmente sobrepasado, por lo que se pone en contacto con el Palacio de la Zarzuela. La respuesta de la Casa Real es positiva y el Rey Felipe VI conversa telefónicamente con Mohamed Bin Salman, ministro de Defensa y príncipe heredero saudí, quien controla la política económica y energética del país. Los inicios de la buena relación del Salamn con Felipe VI se remontan a enero de 2017, cuando el monarca realizó su primera visita oficial como Rey a Arabia Saudí. Esta primera llamada de Felipe VI no fue la única, ya que se moviliza también al Rey Don Juan Carlos I.
Las gestiones diplomáticas de Zarzuela tienen sus frutos y los Saudíes aceptan una solución pacífica del conflicto. A partir de esa momento, la exigencia del Reino Arabe es una explicación y disculpa en persona de la ministra al embajador árabe en Madrid, el príncipe Mansour Bin Khalid Al-Farhan Al-Saud. El encuentro se produce y se le transmite que el contrato de las bombas “se está estudiando y revisando sus clausulas” para que respeten la legislación española de venta de armas a terceros países, pero en ningún momento se ha anulado o vetado. El embajador, al parecer, da por buenas las explicaciones.
Arabia Saudí da por zanjado el asunto y confirma que las corbetas de Navantia están a salvo.