Mas de 80.000 muertos, la peor gestión de la pandemia en el mundo, compras fraudulentas, contratos a dedo, un proyecto ideológico encaminado a subvertir la libertad de los españoles y el cierre del portal de transparencia, junto con la negación del gobierno a dar cualquier dato que los ciudadanos tenemos derecho a saber, es el bagaje de este gobierno social comunista, que por muchas bromas que haga su titular, tiene como objetivo claro imponer su totalitaria ideología, perpetuarse en el poder y acabar con cualquier oposición.

Las inminentes cifras del paro creciente, una crisis económica galopalante que no saben atajar, la división y guerra interna y la ineficacia en todas las medidas que han propuesto, son las vergüenzas que pretenden tapar con esta nueva idea que han tenido de poner a la Corona como parapeto con la mal llamada «ley de la Corona«, que lo único que pretende es tapar las vergüenzas del gobierno, achicar aún más a la única institución que hoy defiende abiertamente la constitución y la democracia, y desviar la atención de su negligente actuación, de sus políticas ideológicas y su catastrófica gestión económica. La Corona no necesita ninguna tutela, la Corona es mucho más transparente y más digna que todo el conjunto de partidos que desgobiernan España, fascistas, terroristas, ultra izquierdistas y el antiguo partido llamado PSOE.

La Corona no ha metido la mano en el bolsillo de los españoles como si ha hecho el antiguo partido llamado socialista, como si lo han hecho los fascistas que dieron un golpe de estado, como si lo han hecho los etarras cobrando el impuesto revolucionario, asesinando y expulsando de las Vascongadas a más de 200.000 personas, y como si hace la Ultra izquierda creando chiringuitos para mantener a la sopa boba a tanto vago y maleante.

Esa mal llamada Ley de la Corona, pretende achicar aún más el espacio del Rey Felipe VI y controlar la institución de la Jefatura del Estado pretendiendo hacer ver en el imaginario de la gente esa necesidad de control.

La Corona, que no se le olvide a nadie, capitaneo la transición a la primera democracia en España que no hubiera sido posible sin su presencia, lideró y lidera la imagen de España y su expansión económica en medio mundo, es el nexo de unión de España y defendió con mano firme la constitución que quisieron subvertir los socios del todavía presidente Sánchez.

La Corona, es la institución que ha dado estabilidad a España y es el verdadero parapeto para las intenciones totalitarias de una parte del espectro político que quiere imponerse a una gran mayoría de Españoles que tiene como gran preocupación su trabajo y familias. Las supuestas acciones de Juan Carlos I, no ensombrecen el magnífico trabajo que durante muchos años ha hecho la Monarquía en beneficio de España por mucho que se empeñen los enemigos de la democracia, gran parte de ellos sumergidos en graves asuntos de corrupción en los que si se han llenado los bolsillos del dinero público.

Si bien es cierto que hace muchos años se debería haber aprobado un «Estatuto Real» que desarrollara de una manera más amplia el artículo de La Corona de nuestra constitución, esta propuesta de Ley, redactada por quienes pretenden cargarse la democracia en España es un acto contra La Corona.

Bien haría Felipe VI en exigir que esta «Ley», ya que el empeño en sacarla adelante es un objetivo del gobierno para desviar la atención de su ruinosa actuación, tenga el apoyo de todos los partidos realmente democráticos y no solo de esa caterva de de violentos, fascistas, golpistas y terroristas que gobiernan con el que antes era conocido como partido socialista.