Las próximas elecciones del domingo 20 de diciembre, que coincide con el cumpleaños de SAR la Infanta Doña Elena, no se le escapa a nadie que van a ser un antes y un después en la historia política del Reino de España, aunque aun queda por saber, si solo será un cambio temporal y todo volverá a sus aguas en unos años, con dos grandes partidos que aseguren la tranquilidad política, o si bien, esta maremagno de partidos, diferentes tendencias y, lo que es más peligroso, idas y venidas de promesas, insultos y menosprecios de unos y de otros para contentar a unos ciudadanos, a los que todos los partidos, los viejos y los nuevos, muchas veces nos tratan como a niños pequeños con un caramelo en la mano, diciendo lo que queremos escuchar, aunque no sea lo que más nos convenga, se quedarán para siempre instalados en el congreso. El tiempo solo lo dirá.

Pero hay algo que da tranquilidad y estabilidad, más allá de los partidos políticos, y que de verdad se preocupa por todos los españoles. La Corona, que es de las pocas instituciones realmente neutral e imparcial de las existentes en el Reino, es una garantía de estabilidad que, hoy más que nunca, nos proporciona ese punto tranquilidad que se necesita en España. Si los políticos estuvieran a la altura de las circunstancias, escucharían aun más a la Corona, que se preocupa por todos.

Sea cual sea el resultado, lo que debe prevalecer en todos los partidos es el bien de España, y no sus propios intereses, que estamos comprobando, por desgracia, que todos ellos, viejos y nuevos, tienen más miramientos por sus intereses particulares que en aunar esfuerzos y llevar un verdadero consenso  de paz, estabilidad y progreso a España.

El Rey, en más de una ocasión a lo largo de estos últimos meses, ha pedido a los partidos políticos que no usen ciertos temas, como el Catalán o el terrorismo Yihadista como arma arrojadiza, aunque esto último, hemos comprobado este fin de semana pasado, a más de uno se le hace imposible no usarlo de forma, ciertamente, indecente.

La Corona, mantiene la estabilidad institucional en la Jefatura del Estado, y visto lo visto en las actuaciones de Felipe VI, podemos confiar en que no dejará que absolutamente nadie le quite a los españoles su libertad, su democracia y sus instituciones, libres y de todos.