Nacida Infanta de España, la segunda hija de los Reyes de España, seguirá siendo Infanta durante toda su vida. Lejos quedan aquellas alianzas donde las coronas enviaban a sus hijas e hijos, a casar con Reyes de Reinos lejanos. Pero los tiempos cambian, y por fortuna, quizás para la pequeña Sofia, su destino estará dentro del Reino de España, sin el foco que tendrá su hermana mayor la Princesa Heredera Leonor.

Desde el momento de su nacimiento, ya son varias las diferencias entre una y otra. Nadie espera su primer discurso o palabras, por cortas que sean. Nadie habla de su formación académica, nadie piensa con quien casará, si lo hace o no, y, al igual que sus tías, poco a poco el foco se irá diluyendo.

Aunque es bien cierto que la vida de las pequeñas ahora es completamente la misma, y que solo se diferencia en los actos públicos donde la Princesa de Asturias, Leonor, siempre está por delante de su hermana, los pasos que se han dado dentro de la Casa Real con las dos, son exactamente iguales, aunque con unos matices ciertamente importantes. El día del Bautizo de la Infanta Sofia, Paloma Rocasolano, madre de la Reina Letizia y el Principe Konstantin de Bulgaria, amigo personal del Rey, fueron sus padrinos, a diferencia de los de la Princesa Heredera, que tiene a los Reyes Juan Carlos y Sofia como padrinos. No es baladí esta decisión, ya que Leonor será la futura Reina de España, mientras que su hermana, seguirá siendo Infanta.

Pero poco a poco esto irá cambian. Al mismo ritmo que las hijas de los Reyes vayan creciendo, su situación irá separándose. A la Princesa de Asturias la seguiremos sus estudios, que estarán dibujados con tiralíneas, sin dejarla opción a elegir por ella misma, su formación militar, sus primeros discursos, sus gestos, sus modos, su mirada. Se la pondrá un foco mediático que no tendrá comparación con el que tuvo su padre el Rey, ya que la prensa de entonces era respetuosa y la de ahora solo busca el morbo y hacer caja, sea quien sea el protagonista de sus dardos. La Princesa de Asturias tendrá que vivir bajo esa mirada sus primeros pasos en adolescencia, si se enamora o no, su primer día en la universidad, su entrada en los ejércitos, si esto se produce. En definitiva, la vida de la Princesa de Asturias, estará escrita, vista y radiografiada.  Algo que la ayudará, es que se parece mucho a su padre el Rey. Responsable, tranquila, serena, tímida, traviesa y buena, muy buena niña.

Todo lo contrario será la vida de la Infanta Sofia. Sin la obligación de convertirse en Capitana General de los Ejércitos, como su hermana, no deberá pasar por los cuarteles mas que de visita, si es que no sale una vena castrense en ella. No tendrá que Jurar la Constitución en el Congreso, podrá elegir la carrera universitaria que quiera hacer, quizás tendremos una arquitecta, abogada o investigadora. La mirarán los novios que tenga, pero no se pondrá el foco tan directo en ellos, aunque si tendrán que pasar el de los Reyes, que como cualquier padres, serán estrictos con quien se junta con «su niña». Dicen quienes la conocen, que ha heredado el humor campechano de los Borbones y que es atrevida, ingeniosa, muy extrovertida y ocurrente.