SM el Rey Felipe VI, ha entregado esta mañana en Madrid los despachos a la LXVIII promoción de la carrera judicial, 68 nuevos jueces (40 mujeres y 23 hombres), en un acto que ha sido trasladado de la Ciudad Condal, Barcelona, a la Capital del Reino de España, con la excusa vacía y poco creíble de celebrar el 40 aniversario de la Constitución. Una decisión para no incomodar al nazionalismo y evitar conflictos, que lo único que establece es un mal precedente en el que los violentos ganan la batalla del acoso y su peligrosa y violenta forma de comportarse.
Es el Poder Judicial, junto a la Corona, el objetivo máximo de los nazionalistas, ya que las dos, cada una en su papel, han logrado parar el golpe de Estado del 1 de octubre, con el discurso de SM el Rey que impulsó las medidas del Gobierno en defensa de la Constitución y de la libertad de los españoles, y las acciones judiciales que van a sentar en el banquillo a los promotores del golpe de Estado.
El Rey les ha recordado a los nuevos jueces que: «la independencia es condición indispensable para el ejercicio de vuestra función, pero también lo es la honradez, la integridad, la rectitud… en definitiva, un comportamiento ético que deriva directamente de la gran responsabilidad que asumís».
Felipe VI, en su discurso, ha vuelto a recordar algo obvio, pero que gran parte de los políticos que actualmente campan por el Reino de España ha olvidado. Afirmó que «el respeto a las resoluciones dictadas por los órganos judiciales es una condición indispensable en cualquier democracia que se precie de ello», agregando que «la función de juzgar y hacer ejecutar lo juzgado está atribuida en exclusiva a un poder del Estado, independiente y plenamente separado de los demás poderes». Un nuevo y contundente mensaje, tanto al nazionalismo violento que ha corrompido la vida social de la región de Cataluña y ha dividido a la sociedad, pero también al resto de poderes del Estado que no son contundentes en la defensa de nuestra libertad y convivencia.
Don Felipe ha hecho hincapié en la importancia de la independencia judicial, insistiendo en que «una sociedad moderna y avanzada como la nuestra, plenamente democrática como es la española, solo puede desarrollarse en paz y concordia si cuenta con un poder del Estado independiente y neutral para impartir justicia». Además, el Rey les pidió que recuerden: «siempre, en el origen y la esencia de sus pronunciamientos, se sitúa la Constitución Española como norma fundamental de nuestra convivencia».
Don Felipe volvió a insistir que el valor de nuestra Constitución se encuentra «en el hecho de ser la garantía de los valores supremos de una sociedad libre» y que «ampara y a la vez limita el ejercicio del poder político».
Defender la Constitución es una de las principales misiones de los nuevos jueces, pues de ella emana nuestra convivencia, ordenamientos jurídico y, les recordó que: «así se han forjado las grandes Naciones y así se ha forjado la nuestra, una Nación valorada y reconocida en el mundo por la calidad de su democracia, por la solidaridad de sus gentes y por la riqueza y la variedad de su cultura».