No encontrará el Reino de España un mejor defensor de nuestra cultura, tradiciones, bienestar social, progreso y futuro que en Su Majestad el Rey, que sea cual sea el acto al que acuda, sale en defensa de «lo español» como fuente de cultura, futuro y progreso. En esta ocasión, y con el mejor de los marcos, el Paraninfo de la Universidad Complutense de Alcalá de Henares, el Rey ha reivindicado la universalidad del español, «una lengua tan propia de América como de España», en la entrega del premio Cervantes a la poeta uruguaya Ida Vitale.

El Rey Felipe VI, acompañado de la Reina Letizia aseguró que «el afán de universalidad de nuestro idioma, en el que se expresan 577 millones de personas de distintos países y climas, separadas y al mismo tiempo unidas por vastos océanos o cordilleras, anula las diferencias», aglutinando a todos los hispanohablantes en una gran familia que se manifiesta con toda su plenitud en la lengua literaria desde hace siglos.

De la premiada de este año, Ida Vitale, dijo Don Felipe que su obra se ha convertido en un referente fundamental para poetas de todas las generaciones y de todos los rincones del español, y que a sus 95 años, ha podido ver crecer una obra exacta y mágica.

Su Majestad aseveró que la cultura en españoles está viviendo un auge sin precedentes y que el entusiasmo de otras naciones por hacerlo suyo, consolidará nuestro idioma como la segunda lengua de comunicación internacional. Un continuo crecimiento desde su origen en la Península y que ha sido enriquecido por las fértiles tierras americanas, identificándonos en su asombrosa multiplicidad y apertura.

Tuvo el Rey un recuerdo especial para los asesinados en los brutales atentados de los musulmanes radicales contra la comunidad cristiana de Sri Lanka, que ha dejado un reguero de 300 personas muertas, entre ellos dos españoles, «Nuestro corazón está con todas las víctimas y familiares», aseguró Don Felipe.

La poetisa Uruguaya, agradeció al Rey el premio con un besó, acompañándola el Monarca cogida del brazo, en un cariñoso gesto, hasta la tarima del claustro preparada para la foto de familia