SM el Rey ha presidido la inauguración del Curso Universitario 2015/16, que en esta ocasión ha tenido lugar en la Universidad de Murcia, justamente cuando se cumple el centenario de su creación. Pero la historia de esta universidad se remonta a los tiempos de Alfonso X en el siglo XIII. La Corona, siempre preocupada por el futuro de la patria, participa y apoya firmemente todas aquellas instituciones formativas, como elemento de futuro de España, donde las nuevas generaciones deben formarse en el esfuerzo, el sacrificio y la responsabilidad de ser aquellos que el día de mañana, deben engrandecer el Reino.

Entre las autoridades que han acompañado al Rey se encontraba el Ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo y el Presidente de la Región de Murcia, Antonio Sánchez, así como los rectores de las universidades de Murcia y Cartagena y demás autoridades educativas.

Don Felipe tenía un mensaje claro y firme hacía quienes hacen el día a día de la universidad. Ha querido animar a los integrantes de la Comunidad educativa a aportar lo mejor de si mismos con responsabilidad, eficacia, dedicación y profesionalidad, elementos que, según les ha recordado «han de guiar el trabajo tanto de las autoridades universitarias, como de los profesores y de los alumnos». De las misma forma, Don Felipe a señalado que la colaboración de todos logrará impulsar una Universidad más abierta al mundo y dinámica, para impulsar la excelencia y transmitir valores.

«Vuestro esfuerzo y vuestra perseverancia merecerán la pena y darán resultado. No lo dudéis. La sociedad en su conjunto es muy consciente de las dificultades que tenéis que afrontar y, también, de que vuestro futuro es el futuro de nuestro país, el futuro de todos». Este es el mensaje que SM el Rey quiso transmitir a los jóvenes universitarios.

La Universidad debe conformarse como un espacio abierto de solidaridad, valores democráticos, libertad de opinión, esfuerzo y sacrificio y de una excelencia superior que conforme un verdadero granero de jóvenes que sigan haciendo del Reino de España la potencia económica y social que es.