Los Reyes vuelven a Portugal en una visita de Estado cargada de momentos emotivos y apoyo a las relaciones económicas.

No solo es una relación personal la que tiene la Familia Real española con Portugal, pues allí pasaron muchos años los padres de Don Juan Carlos I, los Condes de Barcelona Juan III y María de las Mercedes, en el largo exilio tras la imposición en España de la república, que les llevo primeramente a Roma, donde nació el padre de Felipe VI, Suiza, junto a la Reina Victoria Eugenia y por fin en Portugal, más concretamente Estorial, queriendo Don Juan estar más cerca de España.

En sus múltiples visitas al país Luso, la Familia Real ha hecho gala de esa cercanía con los portugueses, la misma que el resto de españoles tenemos con nuestros vecinos, pudiendo fácilmente decir que son nuestros hermanos.

Los Reyes llegaron el lunes a Oporto, donde fueron recibidos por el ministro de Relaciones Exteriores de Portugal y los respectivos embajadores, Juan Manuel de Barandica y Francisco Ribeiro de Menezes.

Don Felipe y Doña Letizia llegaron a la Cámara Municipal de Oporto, donde les esperaba el Presidente de Portugal Marcelo Rebelo de Sousa. En la Cámara Municipal, el Rey mantuvo un encuentro bilateral con el Presidente de Sousa, mientras que SM la Reina Consorte Letizia, se reunía con el Presidente de la Liga Portuguesa contra el Cáncer.

Con emoción, SM el Rey agradecía a Fernando Medina, alcalde de Oporto, la entrega de la Llave de la Ciudad, reconociendo la gran transformación que había sufrido la ciudad en los últimos años.

El Museo Fundación Serralves fue su siguiente parada, don los Reyes visitaron la exposición “Joan Miró: materialidad y metamorfosis», muestra inédita que reúne 80 obras del artista barcelonés que son propiedad del Estado portugués. Tras la visita, los Reyes almorzaron en privado con Marcelo Rebelo de Sousa en la Casa do Roseiral.

Ya por la noche, Don Felipe y Doña Letizia se trasladaron a Guimarães, cuna de Portugal, donde el Presidente ofreció una cena de Gala en su Honor en el Palacio de los Duques de Braganza. Don Felipe en su brindis, expresó su emoción al estar en Portugal y la calurosa bienvenida que les habían prodigado. Don Felipe calificó de «singular» e «incomparable» la relación que existe entre las dos «naciones hermanas», repasando los innumerables lazos que nos unen. Don Felipe señaló que «en los actos de hoy y en los de los próximos dos días se concreta una relación especial e intensa entre dos países y dos sociedades que se respetan, se quieren y miran juntos al futuro con esperanza».

La segunda jornada en Portugal, los Reyes visitaron el Parque de Ciencia y Tecnología (UPTEC), recorriendo los stands de las «startups» que se dedican a la fabricación de todo tipo de objetos utilizando materiales de tecnología avanzada relacionadas con I+D de carácter industrial.

Al mediodía, en el Palacio de la Bolsa, fueron agasajados con un almuerzo con empresarios, donde SM el Rey tuvo la oportunidad de reconocer la enorme colaboración existente entre empresarios de ambos países, con una relación económica excelente. Alentó igualmente el Rey, a seguir por el camino de la colaboración económica, la creación de empleo, al progreso económico y al mayor bienestar en Portugal y España.

Los Reyes se trasladaron a Lisboa esa misma tarde, donde fueron recibidos en la Cámara Municipal, recibiendo igualmente las llaves de la Ciudad.

Ya en la noche, los Reyes asistieron a la cena oficial ofrecida por el Primer Ministro de Portugal, Antonio Costa, en el Palacio de las Necessidades. Don Felipe mantuvo un encuentro con el Primer Ministro antes del mismo, poniendo de relieve en su brindis posterior «el grado de sintonía entre nuestros gobiernos, respecto a tantos temas y áreas de especial interés para Europa, y el creciente grado de integración entre nuestras economías y sociedades civiles, suponen una magnífica oportunidad estratégica para mostrar, a un mismo tiempo, nuestro compromiso profundo y solidario con el proyecto de la Unión».

El miércoles 30, Sus Majestades los Reyes acudieron al palacio de Sao Bento, sede de la Asamblea Nacional de Portugal. El Rey intervino en el Hemiciclo de la Asamblea, siendo esta una deferencia muy excepcional, prueba de las excelentes relación con España y del aprecio del Pueblo Portugués a los Reyes de España.

En su discurso, que pronunció en español y portugués, el Rey manifestó que comparecía ante “esta Cámara, sede de su soberanía, al igual que mi padre, el Rey Juan Carlos, para reafirmar y renovar el mensaje de hermandad entre el pueblo de Portugal y España. Debemos mirar con legítimo orgullo las últimas cuatro décadas de vida democrática y en concordia. Debemos valorar nuestro esfuerzo compartido en este mundo global. Debemos felicitarnos por la extraordinaria vitalidad y riqueza de nuestras relaciones mutuas”.

El Rey manifestó el anhelo de ambos países por mantener y seguir construyendo Europa, al igual seguir caminando juntos, fortaleciendo los afectos y amistad de los ciudadanos. «Respeto, comprensión mutua, reconocimiento de nuestras afinidades; en todo lo que compartimos que va mucho más allá de la vecindad; porque el español y el portugués, portugués y español, están ligados por lazos de fraternidad. Nunca en nuestra larga historia ambas sociedades se han sentido tan cerca».

En la Embajada del Reino de España en Portugal, situada en el Palacio de Palhavá, los Reyes ofrecieron una recepción a una representación del colectivo de españoles en Portugal, a la que asistieron cerca de 350 personas. El Rey les agradeció y les mostró el cariño a todos ellos que desde hace años se han trasladado de España a Portugal buscando y encontrando en este bello país un lugar en el que establecerse.

Tras la recepción los Reyes se desplazaron a la Fundación Champalimaud, dando por terminada la visita oficial a Portugal, que ha dejado un gran sabor de Boca en todos.