Algo que jamás entenderán los que apelan a la democracia solo cuando les sirve, es que ésta, está por encima de ideologías. Hay personas que no llegan a entender esta columna vertebral de toda sociedad democrática. Cuando se insulta al Rey, no solo se está manchando el honor de la persona, sino de la Jefatura del Estado, de España. Cuando se insulta a la Corona, que es quien sustenta esa Jefatura, se está insultando a todos los españoles. Cuando se queman fotos o banderas y se silba el himno, lo que se está haciendo es insultar y menospreciar a todos los españoles, nuestra libertad, democracia y justicia. Hacer esto, en cualquier nación, estaría moralmente criticado por la propia sociedad, pero en España, esa campaña de años en la que sentirte español, llevar la bandera y estar orgulloso de nuestra historia, proyectada por la izquierda, ha hecho mella de tal manera, que muchas personas le han quitado la importancia que deben tener los símbolos al representar la esencia de la nación.

Quemar banderas, fotos e insultar al Rey, como Jefe del Estado Español, es un acto de violencia verbal y odio hacía España.

La Corona, es la titular de la Jefatura del Estado, y aquellos que no respetan ese principio que los españoles votamos en la constitución de 1978, demuestran su poca capacidad democrática y su poco apego por la libertad. Si España tuviera otro régimen, no dude nadie que no solo existirían multas o penas de cárcel por insultar la figura del Jefe del Estado o mancillar la bandera, como ocurre ahora, sino que estas estarían multiplicadas e incluso se intentaría que esas personas no pudieran acceder a la función pública. Pero por suerte, España es un Reino, con un Rey que ha demostrado en los momentos más difíciles su saber estar y la defensa de la constitución, tal y como hiciera su padre el Rey Juan Carlos I.

La libertad de expresión, tiene que tener unos límites que la propia sociedad debería ponerse. La crítica siempre es constructiva, que haya personas que preferirían no tener un Rey como Jefe de Estado no hace falta decir que es un derecho fundamental, pero cuando esto se traduce en insultos, menosprecios y vejaciones a la Jefatura del Estado en la figura de su titular, el Rey de España, cuando se queman banderas y fotos, no solo se está haciendo con la persona, sino que se está insultando a la democracia, al Estado de Derecho, a nuestra Constitución y a todos los Españoles.

Quemar banderas, fotos e insultar al Rey, como Jefe del Estado Español, es un acto de violencia verbal y odio hacía España, que desde hace años se esta amparando desde la izquierda radical, buscando la quiebra de la convivencia en paz, nuestra democracia y estado de bienestar y la justicia.

No se trata de proteger solo a la Corona por el mero hecho de ser la Corona, sino proteger a las instituciones de España, a la Corona, al Gobierno, al Congreso y Senado, a la justicia, a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado… en definitiva, nuestra convivencia. Cualquier sociedad que se respete así misma empieza a hacerlo con sus instituciones, que en el Reino de España han demostrado, por mucho que se empeñen en negarlo, una eficacia y un compromiso con la libertad y democracia a la altura de las mayores democracias del mundo.