Son muchos los que hablan de la constitución española, pero estamos comprobando que solo hay un español que se la conoce y actúa en consecuencia. Ese español, es el Rey Felipe VI, que ha tenido que despacharse tras su regreso del importe viaje a los EEUU, con una misiva del presidente regional de Cataluña, el xenófobo Quim Torra, firmada igualmente por sus antecesores, Arturo Mas y Carlos Puigdemont, ambos coautores del Golpe de Estado del 1 de octubre y supuestos delitos de malversación de fondos públicos.

Por fortuna, SM el Rey conoce perfectamente su trabajo y no está para negociar absolutamente nada con un presidente autonómico en materia política, mucho menos si esa negociación versa sobre la independencia de una región del Reino de España. Los nazionalistas han buscado poner en el ojo del huracán a La Corona, intentando una negociación de tú a tú con la Jefatura del Estado, algo que eran conscientes nunca iba a pasar porque el Rey no negocia temas políticos y jamás podría hacerlo al mismo nivel que una comunidad autónoma, porque el Rey lo es de todos los españoles.

En la misma misiva, acusan al Rey de respaldar lo que ellos llaman «violencia» que no fue más que la defensa de la constitución y la ley, ante quienes lanzaron a la ciudadanía con mentiras y manipulación y permitieron que ocurrieran los actos delictivos de los golpistas, con el apoyo de los policías autonómicos de la región de Cataluña. Es ciertamente mezquino, que quienes se han saltado la ley, han provocado gestos de violencia, han alentado las provocaciones, boicots y acosos, tengan la desfachatez de hacerse las víctimas. Están en el mismo plano de aquellos que acusan a las víctimas de violencia sexual de provocar a sus agresores y aquellos que hace años justificaban el asesinado de militares y guardias civiles, a manos de eta, por su profesión.

Felipe VI hizo lo que tenía que hacer. Ni tan siquiera contestar a Quim Torra, sino hacerlo el Jefe de su Casa, dando traslado de su misiva a la Presidencia del Gobierno y explicándole los cauces para pedir una audiencia con SM el Rey, si es que quiere hablar con él.

Y a partir de ahora, tanto los nazionalistas, ejecutores materiales, como un gobierno, el del Sr. Sánchez, que quiere aprovechar las circunstancias para menoscabar la imagen de la Corona, estarán dispuestos hacer lo que sea por conseguir sus objetivos, y ahí es donde nos deben encontrar a los españoles.