No ocurriría en ningún otro país, que un presidente regional se niegue a recibir a su Jefe de Estado, ni se le ocurriría a una persona con un ápice de inteligencia y dignidad, no extender una invitación al Jefe de Estado de su Nación en un acto de homenaje a víctimas del terrorismo, pero como el Reino de España está plagado de obtusos e infantilismos políticos, xenófobos nazionalistas de libro, perversos y peligrosos, se dedican a vomitar mensajes de odio estúpidos. Ahora toca decir que no han invitado al Rey de España, cual quinceañero ofuscado, a los actos del 17-A, donde se va a homenajear a las víctimas del atentado islamista de las Ramblas y Cambrils. Lo que estos incultos no son capaces de asumir, es que el Rey Felipe VI, Jefe de Estado del Reino de España, no necesita invitación alguna para acudir a ningún acto que se produzca en cualquier parte del territorio nacional.

El Nazionalismo está a lo suyo, que es mentir, manipular y seguir creando un ambiente de violencia y odio entre sus ciudadanos, y han puesto como objetivo a la Corona, porque han podido comprobar de primera mano, que es la única institución que se han mantenido en pie y que ha dado alas a los demócratas para defender la constitución. La Corona, el pasado mes de octubre, se mantuvo firme y al lado de los constitucionalistas que defendían la libertad y democracia en el Reino de España, en un momento en el que el gobierno de aquel periodo no se atrevía a dar pasos firmes y contundentes, que después tampoco dio, y una oposición que quería pasar de perfil por esta situación que tampoco se atrevía a resolver, o más bien no quería.

Ese nazionalismo enfermo, ha querido poner al Rey Felipe VI como culpable de todo lo que ellos mismos han provocado en la región de Cataluña, estableciendo ese día 3 de octubre como la piedra de toque, obviando que ya antes de aquellas fechas, se dedicaban a insultar al Rey, a realizar escraches a sus presencias en Cataluña y a intentar violentar a una sociedad democrática, que encontró en la figura de Felipe VI, el defensor de su libertad y de la constitución que nos ha dado los primeros 40 años de libertad y democracia real de nuestra historia.

La mezquindad y podredumbre de las mentes enfermas del nazionalismo, ha llegado incluso a intentar culpar al Rey Felipe VI de los atentados de Barcelona, aludiendo a la venta de armas en Arabia Saudí.

Lo que jamás perdonarán los nazionalistas al Rey, es que encontraron en él un firme defensor de la constitución con un discurso que no esperaban y que supuso un punto de inflexión de su «dictadura» en Cataluña, pues constituyó el acicate que necesitaban los demócratas para salir a la calle a defender la libertad.

El Rey de España no necesita invitación para acudir a ningún lugar del Reino y mucho menos cuando se trata de homenajear a las victimas de un atentado terrorista de índole islamista. Allí estará, allí apoyará a las víctimas y sus familias, como la Familia Real ha hecho siempre, y allí también estarán los nazionalistas haciendo su bochornoso y asqueroso espectáculo que pisoteará a las víctimas y les retratará, de nuevo, como lo que son, mezquinos sinvergüenzas.