Su Majestad el Rey Felipe VI, ha querido agradecer a los nuevos Secretarios de Embajada, su vocación de servicio a los españoles y les ha recordado el honor que supone ser «…representantes de la Nación y de la obligación que tenéis a partir de ahora de defender los intereses de España y de proyectar su mejor imagen, que es su imagen auténtica: La de país democrático, libre, moderno, solidario y tolerante, abierto al mundo y definido por los principios y valores de nuestra Constitución, esos a los que, como sociedad, aspiramos y que, como servidores públicos, estamos siempre llamados a defender y promover…»

El Rey, ha expresado estas palabras en el marco de la entrega de los Reales Despachos a los nuevos Secretarios de Embajada, que supone la LXX Promoción de la Carrera Diplomática. Don Felipe, les dio la bienvenida al Estado y mostró su agradecimiento a los jóvenes que habían conseguido su despacho, a los que les indicó que se integran a la Acción de Servicios Exterior del Reino de España, un mundo, según sus propias palabras «…de enorme y creciente complejidad y que ya es difícil desligar del ámbito nacional…» El Monarca reconoció la gran labor que la Escuela Diplomática está llevando a cabo, formando grupos de mujeres y hombres tan relevantes y formados para el servicio del Reino de España a lo largo de muchas generaciones.

Don Felipe, quiso animar a los nuevos miembros de la Carrera Diplomática y les pidió que no desfallezcan ante las dificultades, pidiéndoles rigor y lealtad en sus cometidos, sobriedad en los éxitos y sensibilidad con quienes reclaman su ayuda. Les recordó, igualmente, que una colaboración con los diferentes cuerpos de la Administración es fundamental en el ámbito publico y también en el privado, ya que garantizará el éxito y un resultado más eficaz, que redunda en el bien de España y de sus relaciones internacionales, fundamentales en un mundo en creciente cambio.

Incidió el Rey en uno de sus principales cometidos, que es su disposición a todos los compatriotas en el exterior, ya que tienen el derecho a sentirse protegidos, atendidos y amparados por sus autoridades, y ellos son quienes deben velar por esto. Acabó el Rey sus palabras, aludiendo al orgullo y gratificación que es servir a los españoles «…y ello sin buscar más premio que la satisfacción por el deber cumplido…».