Hay un dicho que dice «si habla mal de España, es español». Llevamos arrastrando esto a lo largo de los años, y últimamente, se ha puesto aun más de moda por el uso sistemático de la extrema izquierda violenta de desprecios hacía España, nuestra democracia y el estado de bienestar, uno de los mejores del mundo. Hay quien se excusa en que no son nacionalista o que son objetivos, pero lo único que guarda esa excusa, es un odio hacía todo lo que España significa.

Nuestra historia, tradición, éxitos, logros, la gran sanidad publica, un sistema de educación que alcanza a toda la población sin distinción, una gastronomía exquisita, paisajes naturales envidiables, una forma de ser amable, simpática, trabajadora, un sociedad que se ha levantado muchas veces, que hemos construido una democracia moderna, abierta y respetuosa, tanto que tenemos golpistas en la calle tras ser «indultados» por la puerta de atrás. Todo ello es España y por supuesto, nos sentimos orgullosos de serlo.

Su Majestad el Rey, volvió hacer una defensa cerrada del Reino de España y sus virtudes, a pesar de los palos en las ruedas que los socios extremistas del gobierno y sus apoyos nazionalistas ponen todos los días al bienestar y la prosperidad de nuestra Nación, sin que tengan una respuesta contundente del Ejecutivo. Don Felipe, volvió a lanzar un aplaudido alegato sobre la «fortaleza», los «valores» y el «potencial» de España en el marco de la entrega de las acreditaciones «Embajadores Honorarios de la Marca España», que este año han recaído en la campeona del mundo de bádminton Carolina Marín, la ONCE y el Grupo Ilunion, La Liga, la cineasta Isabel Coixet, el presidente de la Cámara de Comercio de España, José Luis Bonet; la presidenta del Banco Santander, Ana Botín; la red de Paradores Nacionales de Turismo y el microbiólogo Francisco Mojica.

Un mensaje dirigido hacía fuera, pero que se hace especialmente hacía dentro, ya que no hay una contestación contundente desde el gobierno de la nación a los ataques que día a día tenemos que soportar de los nazionalistas, que buscan ensombrecer la democracia española, y también para los socios radicales del gobierno, Podemos, que no dejan pasar una oportunidad para insultar a España, las instituciones democráticas que nos representan y que lanzan soflamas y amenazas constantes contra la judicatura, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, la prensa libre y, en definitiva, contra todo aquel que no piense como ellos.

Felipe VI, se ha convertido en la única institucional que defiende España, ya que el gobierno ha cejado en sus funciones, cuando no ayuda a la virulenta campaña contra nuestra libertad y democracia. El Rey, hizo un llamamiento sin complejos para sentirse «orgullosos» de ser Españoles. El Jefe del Estado pidió a los nuevos embajadores que «asuman esa función de salir al mundo a trasladar a todos el amor por España, el orgullo por nuestra historia, por nuestra riqueza y diversidad cultural y, sobre todo, por todo lo que hemos logrado en las últimas décadas». «España, nuestro Estado social y democrático de Derecho tiene importantes fortalezas que hay que saber valorar», recalcó el Rey, convencido además de que si a eso se añade la sociedad, la cultura y el empuje empresarial «el resultado es un país por el que merece la pena apostar y en el que merece la pena creer». Un discurso que ha provocado una cerrada ovación.

Un discurso cargado de emoción y amor a España, que día a día demuestra el Rey y millones de españoles que sentimos con orgullo pertenecer a una de las naciones más antiguas del mundo, que ha descubierto nuevas tierras llevando cultura, fe y civilización, que demostramos día a día que nuestros artistas, literatos, deportistas, investigadores, empresarios y trabajadores son de lo más cotizados en el mundo. Una nación envidiada durante siglos por lo que fuimos, por lo que somos y por lo que seguiremos siendo.

Abracemos el mensaje de Su Majestad el Rey y sintamos el orgullo de ser ESPAÑOLES.