Iniciado el juicio del caso Noos, donde hemos podido ver a la Infanta Cristina sentada en el banquillo, son muchos los que pretenden aprovechar la circunstancia para hacer juicio sumarísimo a la Monarquía, y a todo el sistema democrático, que los españoles nos dimos en el año 1978, con la aprobación de la constitución. Se puede leer, no sin cierto sonrojo por la simplicidad del argumento, que la culpa de la corrupción política que vive nuestro país, es por el sistema Monárquico. Ciertamente sorprendente, que los españoles que se dejan llevar por esta lacra social, lo hagan únicamente porque hay un Rey en la Jefatura del Estado. Sobran las palabras ante tales desmanes. Debe ser, que en una república, no habría corrupción, paro, mala gente, robos, desahucios, accidentes, asesinatos, abandonos, incendios e incluso, se dejarían de tirar colillas a la calle. Los mundos de Yupi.

Pero no hacen esto de manera gratuita, sino imitando lo que en su día, dio muchos beneficios a la dictadura Nazi. «Miente, que algo queda». Y mintiendo, exagerando y lanzando todo su rencor hacía los demás, pretenden conseguir sus objetivos espurios, que no son la instauración de una república en España, sino imponer una dictadura ideológica, de la que ya estamos sufriendo sus consecuencias, y mantenerse sustentados por la imposición del miedo que pretenden generalizar.

No se pretende con esto exculpar a nadie, pues si alguien cometió un delito o se aprovechó de quien era, debe pagar como cualquier otra persona, pero tampoco sería de justicia, que alguien pagara más por lo que otro no lo haría, ni mucho menos, insistir en que la culpa la tiene toda una institución. No, no es un problema de sistemas, ni de instituciones, sino de personas.

El Rey Felipe VI, esta dando los pasos oportunos en una situación delicada. No somos quienes para juzgar absolutamente a nadie, fea costumbre que tenemos en España ademas de condenar y ejecutar las sentencias, y señalar de por vida a estos, eso si, siempre que no sea de esos que, como dice el partido comunista Podemos, tiene «explicación política». A esos nos dicen que tenemos que perdonarlos.

La Corona, se ha mostrado imparcial en todo momento desde que salto el escándalo. No pueden decir lo mismo los políticos ni otras instituciones, que siempre andan a palos con quien es el juez, si está de un lado o de otro o se beneficia o perjudica sus intereses. Esa impecable actuación, además de las normas impuestas por Felipe VI para la Familia Real, su transparencia económica y su compromiso de trabajo por España, ponen de significación que se está haciendo bien, que se está cumpliendo con la principal misión de la Corona, que es el servicio a España.

Nos toca a todos, defender, ayudar a España y a la Monarquía, seguir adelante, trabajar y no dejar que absolutamente nadie, nos roba nuestra libertad y democracia.