Nació Princesa de Grecia y Dinamarca un 11 de mayo de 1942, y la vida de la Princesa Irene de Grecia ha sido una verdadera aventura y entrega a los más desfavorecidos. Presidenta de la Fundación Mundo en Armonía, creada por ella misma en 1986, desde hace años está volcada en la ayuda al Tercer Mundo y también a los necesitados de diversos países, entre los que se encuentran España y Grecia. Ultradiscreta, tras ella se oculta una mujer fascinante. Su sobrino, el Rey Felipe VI, la llama en la intimidad, de forma cariñoso ‘tía Pecu’ por lo ‘peculiar’ de su personalidad.
Nació en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, el 11 de mayo de 1942. Su Madre, la Reina Federica, quiso ponerle el nombre de Alexia, pero al estar en medio de una guerra se decidieron por el nombre de Irene (paz en griego). La pequeña de los Reyes Pablo y Federica de Grecia, venía al mundo en el exilio, debido a la invasión Alemana a Grecia en el transcurso de la segunda guerra mundial. El regreso de la Real Familia Griega a su tierra, llevo a Irene, junto a sus hermanos, a los años más felices de su vida. Instalados en el pequeño palacio de Tatoi, residencia oficial de los Reyes de Grecia, Irene, junto con sus hermanos Sofia y Constantino, vivieron una vida tranquila, dentro del férreo control que ejercía su madre, la Reina Federica, en la educación de sus hijos. Desde muy pequeña destacó como pianista, lo que la llevo a convertirse en una gran concertista. Junto con su hermana la Reina Sofia, se interesó por la arqueología y llevaron a cabo excavaciones cerca Tatoi, en Decelia. Estudió en el internado de Salem, en el que también paso años la Reina Sofia.
En el año 1967, un golpe militar depone del trono a su hermano Constantino, que quiso enfrentarse a la Junta Militar que se impuso en el país, en un intento de defender la democracia Griega. Partieron al exilio nuevamente, y tras un breve periodo de tiempo en Roma, Irene de Grecia se traslada con su madre, la Reina Federica, a Madrás, en la India, país donde viviría hasta poco después de la muerte de la Reina en 1981. Durante sus años en la India, en Irene comienza a despertar su verdadera vocación, que es la ayuda a los más desfavorecidos. La princesa se trasladó a vivir a Madrid, junto a los Reyes de España.
En el año 1993, la Corte Europea de Derechos Humanos, da la razón a la Familia Real Griega, por la incautación fraudulenta de sus propiedades privadas. La Princesa recibe una cantidad aproximada de 900.000 €, los cuales destina prácticamente en su totalidad a becas para jóvenes músicos.
La Princesa Irene no llegó a casarse nunca. Quienes la conocieron, dicen que estuvo muy enamorada, pero su madre, la Reina Federica, prohibió el matrimonio. Jamás volvió aparecer nadie en su vida, y sus sobrinos y hermanos constituyen su núcleo familiar.
Pero quizás uno de los mayores empeños de la Princesa Irene de Grecia a lo largo de estos años, ha sido ser la confidente de su hermana la Reina Sofia. Siempre en segundo plano, ha acompañado a su hermana en España, y hoy con su sobrino el Rey Felipe VI en el trono, sigue siendo la más leal confidente de la Reina.
Desde hace unos años, la Princesa Irene comenzó a visitar más asiduamente Grecia. Pasa largas temporadas en un apartamento cerca del Palacio de la Música y es fácil verla en conciertos, saludando con gran cariño a los griegos que se acercan a charlar con ella.
Sin duda alguna una gran mujer, discreta, con la Realeza en la Sangre, siempre dispuesta a entregarse a los demás y fiel y leal a su hermana la Reina Sofia, a la cual, sin duda alguna, ha acompañado en los momentos felices, pero también, y lo más importante, en los más dolorosos para ella.
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