SM el Rey Felipe VI lo ha dicho claro en los últimos días. «Nadie va a conseguir que no vaya donde tengo que estar» en clara referencia a la región catalana, donde muchos siguen esperando la presencia del Rey como una bocanada de libertad que el nacionalismo ha intentado eliminar. Desde aquel 3 de octubre en el que el Rey dio alas a los demócratas para defender la liberad y la constitución, han sido muchos los que han criticado tal actuación alegando que no fue neutral ni abrió puentes con los secesionistas, esos mismos que los habían cerrado por su negativa al dialogo sin sus imposiciones, por sus insultos diarios a la ley y la democracia, y por el intento de Golpe de Estado.

El Rey, como el sábado pasado, está donde debe de estar, con los ciudadanos, con aquellos que esperan la presencia de la Corona como salvaguarda de la Ley y la Constitución, y porque su presencia, es la presencia del Estado, del Reino de España, de su democracia y la libertad de todos los españoles.

Muchos son los que han pedido que el Rey se fuera del estadio cuando sonaran los pitos al himno y a su persona, pero esto es lo que buscan los secesionistas que incitan al odio con esta afrenta a todos los españoles. No corresponde al Rey hacer este tipo de actos, sino a los políticos, aunque esto último, permitirnos decir, no esperamos que se haga, ya que es demasiado tarde. Pitar el himno de un país no es «libertad de expresión» sino la expresión clara del odio enfermizo hacía los ciudadanos que representa ese himno. Eso es lo que hacen aquellos que silban y pitan al Rey y al himno, demostrar su odio hacía España, hacía nuestra democracia y convivencia.

El Rey está donde debe de estar, demostrando una vez más que aquellos que quieren que nos escondamos, que no respondamos a sus insultos y manipulaciones, no van a ganar. La sociedad ha demostrado un amor a España por encima de ideologías y ha dado una lección a los políticos que se han camuflado en sus sillones y no han querido dar una respuesta contundente al secesionismo catalán, pero no ahora, sino hace años que es cuando debería haberse parado todo esto con la ley en la mano.

Su Majestad el Rey estará siempre con la Ley, defendiendo la Constitución, que es el marco de convivencia esencial de todos y con los españoles que defienden la democracia.