El jueves, SM el Rey tenia dos compromisos en la región vasca. El primero de ellos le llevaba hasta las instalaciones de la empresa española Petronor, que celebrará su 50 aniversario e inauguraba una nueva planta. Esta visita, contó con la asistencia de más de 300 invitados del ámbito empresarial.
Ya por la tarde, Felipe VI se desplazaba a Bilbao, para visitar el Museo de Bellas Artes de la ciudad, tras la profunda reforma a la que se ha sometido al edificio, dirigida por el arquitecto Luis Maria Uriarte, con una inversión de 996.565 euros, financiados por los Patronos Fundadores del Museo: Ayuntamiento de Bilbao, Diputación Foral de Bizkaia y Gobierno Vasco, y por BBK, Patrono de Honor.
En todas sus visitas a las ciudades del Reino, SM el Rey recibe los aplausos y vítores de miles de personas, pero es bien cierto que en Cataluña, últimamente por los violentos nazionalistas de los CDR y la CUP, alentados por las autoridades políticas de la Comunidad Autónoma, y en Vascongadas, donde los proetarras intentaban reventar sus actos, se hacía más difícil para los demócratas salir a saludar al Rey por el miedo al señalamiento de los violentos.
Contra todo pronóstico, Felipe VI recibió en Bilbao una clamorosa bienvenida por parte de los ciudadanos que se congregaron alrededor del Museo de Bellas Artes, para recibir al Rey, vitorearle con «Vivas a España» y hacerse infinidad de fotos. A su llegada por el Parque de Doña Casilda, se escuchaban ya los «viva el Rey» de entre la numerosa gente presente, que incluso desplegaron banderas de España. Su Majestad, tuvo gestos de cariño para niños -desde bebés a otros más mayores- que se arremolinaban a su alrededor.
La anécdota del día, la protagonizaron dos niños de corta edad que jugaban al fútbol en los jardines del Museo. Se acercaron al personal de seguridad y les preguntaron si podían saludar al Rey. El personal de la Casa Real les acompañaron hasta Don Felipe, con el que pudieron hablar unos minutos.