2 de Junio de 2014, 10:30 de la Mañana. El Reino de España aguanta la respiración, Presidencia de Gobierno anuncia una declaración institucional del Presidente. «Su Majestad el Rey acaba de comunicarme…»
El anuncio
El 2 de junio de 2o14, a las 09,30 horas, las redacciones de los medios de comunicación eran un hervidero y un ir y venir de gente, llamadas y mensajes. Presidencia del Gobierno acababa de convocarles una hora después para una declaración institucional del Presidente del Gobierno el Excmo. Sr. Don Mariano Rajoy Brey. Los primeros rumores apuntaban a una crisis de gobierno, que rápidamente dejaron paso a lo que sería la noticia Real, SM el Rey Abdicaba la Corona de España.
Mas de un año de problemas institucionales llevaron a la Corona a una situación delicada que SM el Rey supo advertir. A sus 76 años y más de 39 portando la Corona de España, el hombre que había capitaneado la transición española junto a todos los partidos del espectro político español, el Rey que había alentado y sancionado la primera constitución de España hecha por todos y para todos y la única de toda nuestra historia refrendada en votación por los españoles, tomaba la decisión de pasar el testigo a su hijo y heredero el Príncipe de Asturias Don Felipe de Borbón y Grecia.
Declaración institucional del Presidente Mariano Rajoy
A las 10:30 horas, el Presidente del Gobierno Mariano Rajoy comenzó la declaración institucional:
Su Majestad el Rey don Juan Carlos acaba de comunicarme su voluntad de renunciar al trono y abrir el proceso sucesorio. Los motivos que han llevado al Rey a tomar esta decisión es algo que Su Majestad desea comunicar personalmente a todos los españoles a lo largo de esta misma mañana.
El documento en el que el rey formaliza la abdicación de la Corona, hecho público por la Casa Real unos minutos despues de la declaración institucional, rezaba de lo siguiente:
Palacio de La Zarzuela, 2 de junio de 2014.
A los efectos constitucionales procedentes, adjunto el escrito que leo, firmo y entrego al señor presidente del Gobierno en este acto, mediante el cual le comunico mi decisión de abdicar la Corona de España.
El Rey de España
Don Juan Carlos I de Borbón
Declaración institucional del
Rey Juan Carlos I
Los acontecimientos del día se iban desarrollando tal y como se habían anunciado y a las 13:00 horas, las televisiones, radios y medios digitales conectaban con RTVE y retransmitían la declaración institucional del Rey exponiendo los motivos que le habían llevado a tomar la decisión de abdicar la corona de España en la persona de su hijo.
Su Majestad el Rey empezaba recordando su llegada al trono en 1975 y las dificultades que los españoles pasaron para conseguir traer la democracia al Reino. Anunció que había tomado la decisión tras su 76 cumpleaños, y tras la recuperación física de las ultimas operaciones, puso en conocimiento del Jefe del Gobierno su decisión, para que iniciara en marcha los mecanismos de sucesión según lo previsto por la Constitución Española.
En su emotivo discurso, hizo referencia a la situación económica de España y a las transformación que demandada la sociedad, reconociendo que éstas debían ser llevadas a cabo por las nuevas generaciones y que su hijo, Felipe de Borbón, contaba con la preparación y madurez necesaria para asumir el honor y el peso de la Corona de España. Don Juan Carlos concluyo agradeciendo profundamente el apoyo y lealtad al pueblo de España y a los representantes de las instituciones del Estado.
Los tramites legales
La Constitución Española establece que: «las abdicaciones, renuncias y cualquier duda de hecho o de derecho que ocurra en el orden de sucesión a la Corona se resolverán por una Ley Orgánica» Art. 57.5
Tras el anuncio de la abdicación, comienza el tramite que llevará a Don Felipe de Borbón a convertirse en Felipe VI, Rey de España. El 3 de junio se celebró un Consejo de Ministros extraordinario que aprobó la remisión a las Cortes Generales del Proyecto de Ley Organica por el que se hace efectiva la abdicación del Rey Juan Carlos I. El Proyecto de Ley constó de un artículo único y una disposión final unica.
Artículo único. Abdicación de S. M. el rey don Juan Carlos I de Borbón.
1. S. M. el rey Juan Carlos I de Borbón abdica la Corona de España.
2. La abdicación será efectiva en el momento de entrada en vigor de la presente Ley Orgánica.
Disposición final única. Entrada en vigor.
La presente Ley entrará en vigor en el momento de su publicación en el Boletín Oficial del Estado
El día 11 de Junio, el Pleno del Congreso de los diputados aprobó por mayoría el Proyecto de Ley por la que se hacía efectiva la Abdicación de Su Majestad el Rey Juan Carlos, elevándose al Senado para su posterior aprobación que se llevo a cabo el 17 de junio.
Tras su aprobación, solo quedaba un acto más, que era la Sanción y Promulgación de la Ley que se llevó a cabo el 18 de junio en el Palacio Real de Oriente. La ceremonia era corta, pero se convirtió en uno de los primeros homenajes que el Rey Juan Carlos ha recibido de instituciones y del pueblo español allá donde ha ido. Además de las instituciones del Estado, la Familia Real y familiares del Rey se reunieron en el Salón de Columnas. La Reina Sofia, los todavía Principes de Asturias Don Felipe y Doña Letizia, las pequeñas Intantas Leonor y Sofia, las Hermanas del Rey las Infantas Pilar y Margarita y la Infanta Doña Elana, hija mayor de los Reyes Juan Carlos y Sofia.
Tras leer el texto de la Ley Organica, Don Juan Calros I Firmó el contenido de la norma y posteriormente fue el Presidente del Gobierno quien firmó la misma, refrendando la norma, ya que la Constitución Española establece que los actos del Rey carecen de validad si no reciben el refrendo del Jefe del Gobierno (Art. 64 de la CE)
El día 19 de Junio de 2014, fue publicada en el BOE y por consiguiente desde aquel mismo instante, Don Felipe se convertía en Rey de España pasando el Rey Juan Carlos I y Sofia a ser Reyes Eméritos.
En este acto se produjo la primera imagen que simbolizaba el cambio en la Corona y en la Jefatura de la Casa Real, ya que el Rey Juan Carlos cedió su sitio a su hijo, que aun sin ser aun Rey, escenificaba el cambio que unas horas después se produciría.
¿Por qué Proclamación y no Coronación?
En el imaginario de la mayoría de las personas tenemos la idea de una Coronación Real como un espectacular despliegue de pompa y oropel, con su manto de armiño, su corona repleta de rubís y gemas riquísimas, el cetro de oro y un trono que sea imagen de poder y magnificencia. Y esto ocurre porque muchos tienen en la mente las proclamaciones de otros Reyes Europeos, más concretamente de los Británicos, que a pesar del tiempo que ha pasado desde la ultima coronación, la ultima en 1952, son especialmente cuidadosos con sus tradiciones y su protocolo, y con las cientos de peliculas que nos cuentas historias a veces poco reales.
Pero ¿por qué en el Reino de España no hay Coronaciones? Quizás muchas personas se piensen que es debido a los nuevos tiempos o que Don Felipe quiso darle un ceremonial diferente, pero nada más alejado de la realidad. El ultimo Rey que fue coronado en España se remonta al siglo XIV cuando España estaba dividida en diferente reinos. El Rey Castellano Juan I fue el ultimo Rey en seguir este protocolo de Coronación que daba un componente de Divinidad a los Reyes y que les hacía escenificar que su poder Real provenía de Dios. Pero eso no ocurría en España, ya que Los Reyes eran proclamados después de jurar los fueros y las leyes de todas las ciudades donde iban a Reinar, y tras este juramento de Lealtad reciproca entre el Rey y su Pueblo, eran proclamados Reyes. En la Corona de Aragón, que posteriormente con su fusión con la Corona de Castilla por el matrimonio de los Reyes Católicos dio paso a lo que hoy conocemos como Reino de España, había una formula de proclamación que terminaba con esta frase
«Nos, que somos tanto como vos y todos juntos más que vos,
os hacemos rey de Aragón, si juráis los fueros y si no, no»
La Corona y el Cetro
La Monarquía Española tiene una Corona y un Cetro que son únicamente simbólicos.
- La corona es de plata Dorada y terciopelo rojo y aunque su valor histórico y simbólico es incalculable, su valor económico no pasaría de los 10.000€. Está formada por unos aros con florones donde se incrustan Castillos, Leones, Granadas, Águilas y la Flor de Lis, símbolo de la Dinastía de los Borbones. La Corona fue encargada por Carlos III a uno de los plateros más conocidos de la época, el madrileño Fernando Velasco, en 1775, aunque no se sabe a ciencia cierta cuál fue el motivo. La primera vez que se usó para una proclamación fue en la de Isabel II, y se siguió usando posteriormente en las de Alfonso XII, Alfonso XIII y Juan Carlos I.
- El cetro es mucho más rico y más antiguo y data del Reinado Carlos II, al encontrarse documentado en su testamentaria. Era un bastón de mando y está elaborado en Plata Dorada y Cristal de Roca.
Tanto la Corona como el Cetro tienen un mero carácter simbólico y no son para ser usados ya que, como hemos visto, en España no se corona a los Reyes sino que se les proclama. Han sido muy poco utilizadas, únicamente en las proclamaciones o en las exequias de los Reyes, la ultima la de Alfonso XIII en su entierro en el escorial en 1980, tras repatriar sus restos mortales desde Italia donde murió en el exilio romano.
Desde hace unos meses están expuestos en una de las salas nuevas abiertas en el Palacio Real de Oriente, donde se puede ver también el Ley Orgánica de Abdicación, la pluma con la que firmo el Rey Juan Carlos, el discurso de SM el Rey Don Felipe VI, el Trono de Carlos III y el Toison de Oro, maxima condecoración que concede la Monarquía Española. El expuesto en esta sala procede del reiado de Isabel II, quién la impuso a la imagen de la Virgen de la Basilica de Nuestra Señora de Atocha en 1854.
Quien proclama al Rey:
Las Cortes Generales son las encargadas de recoger el juramento del Rey, ya que sobre ellas descansa la soberanía popular. El Excmo. Sr. Don Jesús Posadas, Presidente del Congreso de los Diputados y tercera institución del Estado detrás del Rey y el Presidente del Gobierno, tuvo el Honor de tomar juramento a Don Felipe y tras ello Proclamarle Rey de España.
Proclamación del Rey Felipe VI
La Capital del Reino de España amanecía engalanada para recibir a sus nuevos Reyes. El Congreso, Cibeles, Gran Vía, Plaza de España y la Plaza de Oriente serían testigos del acontecimiento que marcaba el inicio de un Reinado.
El primero de los actos que se llevó a cabo en este gran día fue la imposición del Fajín rojo, distintivo de los Generales en España, y que SM el Rey Don Juan Carlos I impuso a su hijo en el Palacio de la Zarzuela. Al ser proclamado Rey de España Don Felipe, además de asumir la Corona y la Jefatura del Estado, también es nombrado Capitán General de los Ejércitos. Este fue el segundo momento en el que pudimos observar el cambio producido en España, ya que tras su imposición, el Rey Juan Carlos inclinó la cabeza saludando a su hijo el Rey Felipe VI ofreciendo su lealtad al Rey y al Jefe de la Casa Real.
Los nuevos Reyes partían de su residencia dentro del complejo del Palacio de la Zarzuela camino del Palacio de Congreso donde Don Felipe sería proclamado Rey de España, convirtiéndose Doña Letizia en Reina Consorte y la pequeña Leonor en Princesa de Asturias. A efectos legales, Don Felipe ya era Rey de España y Jefe del Estado desde las 00:00 de ese mismo día, en el que se había publicado en el BOE la abdicación de su padre Don Juan Carlos, pero el tramite protocolario de la proclamación como Rey debía producirse en el Congreso de los Diputados.
Al llegar a las inmediaciones del Palacio del Congreso, Don Felipe, Doña Letizia y las pequeñas Leonor y Sofia fueron recibidos por el Presidente del Gobierno y por los Presidentes del Congreso y del Senado. Tras los saludos de rigor, Don Felipe pasó revista a las unidades de los Tres ejércitos y la Guardia Civil que tenían encomendado el honor de acompañar al Rey en el día de su proclamación.
Acto seguido, la Familia Real entro en el Congreso para iniciar el acto de Proclamación de Don Felipe como Rey de España.
El presidente del congreso, Don Jesús Posadas, tomo la palabra y comenzó su discurso recordando que 39 años atrás, esas mismas cámaras y bajo la atenta mirada de un entonces niño Don Felipe, recogían el Juramento que su padre había realizado, en otras circunstancias y con otros actores. Recordó como Don Juan Carlos se puso el empeño de ser el Rey de todos los españoles y como España inició una transformación política social y económica sin precedentes.
El Presidente del Congreso hizo un homenaje caluroso y afectivo tanto al Rey Juan Carlos, que no asistió a la proclamación, como a la Reina Doña Sofía, que si estaba presente junto a la Infanta Doña Elena y las tías de Don Felipe las Infantas Pilar y Margarita, y que hizo levantar a todos los Diputados y Senadores de sus escaños.
Recordó que España es una democracia asentada, que nos costó un gran trabajo conseguirlo con el esfuerzo y la ilusión de todos los españoles. No quiso olvidar los problemas por los que atraviesa el Reino y puso en valor los acuerdos y consensos que en el año 75 nos llevaron a construir la democracia que ahora disfrutamos. Hizo hincapié en que las Cortes Generales seguían siendo el centro y motor a las nuevas demandas de la sociedad.
El Sr. Posada le expresó la confianza que tenían las Cortes Generales y los españoles en el Reinado de Don Felipe y le deseo un fructífero Reinado.
Tras el discurso del Sr. Presidente de las Cortes, este le tomo Juramento a SM el Rey Don Felipe VI
El Discurso del Rey
Don Felipe inició su Discurso expresando su reconocimiento y el respeto de la Corona a las Cámaras, allí reunidas, depositarias de la soberanía nacional.
Hizo especial mención a la emoción que sentía al asumir la Corona, consciente de la enorme responsabilidad que ello conllevaba al ser el Rey de una Nación forjada a lo largo de siglos de Historia, por el trabajo de millones de persona de todos los lugares de nuestro territorio sin cuya participación no podría entenderse el curso de la Historia “Una gran nación, Señorías, en la que creo, a la que quiero y a la que admiro; y a cuyo destino me he sentido unido toda mi vida, como Príncipe Heredero y -hoy ya- como Rey de España.” dijo Don Felipe
Sus primeras palabras fueron para agradecer y rendir un homenaje de gratitud y respeto hacía su Padre, el Rey Juan Carlos I, cuyo reinado excepcional pasaba ese mismo día a la historia con un legado político extraordinario. “Hace casi 40 años, desde esta tribuna, mi padre manifestó que quería ser Rey de todos los españoles. Y lo ha sido. Apeló a los valores defendidos por mi abuelo el Conde Barcelona y nos convocó a un gran proyecto de concordia nacional que ha dado lugar a los mejores años de nuestra historia contemporánea” afirmo el Rey.
Igualmente, quiso agradecer a toda una generación de ciudadanos que supo abrir un camino a la democracia, con el entendimiento y convivencia en libertad de todos los españoles. Una generación que bajo el liderazgo de Don Juan Carlos y el impulso protagonista del pueblo español, construyo los cimientos del edificio político que logró superar diferencias que parecían insalvables.
La Reina Sofía también estuvo presente en sus primeras palabras, honrándola por una “vida de trabajo impecable al servicio de los españoles. Su dedicación y lealtad al Rey Juan Carlos, su dignidad y sentido de la responsabilidad, son un ejemplo que merece un emocionado tributo de gratitud que hoy -como hijo y como Rey- quiero dedicarle».
Continuó agradeciendo a su familia, maestros y profesores la dedicación y la educación recibida en el respeto y fidelidad a la constitución, y su irrenunciable compromiso con los valores en los que descansa nuestra convivencia democrática.
El Rey recordó que empezada el reinado de un Rey constitucional de acuerdo a la Norma refrendada por los españoles hacía más de 35 años. Un Rey que se atendría al ejercicio de sus funciones y por ello sería el símbolo de la unidad y permanencia del Estado, asumiendo su más alta representación y arbitrando y moderando el funcionamiento regular de las instituciones. Don Felipe les aseguro que no tuvieran dudas de que sabría hacer honor al juramente que acabada de pronunciar.
Siguió su discurso apelando a la independencia de la Corona, haciendo hincapié que su neutralidad política y su vocación integradora le permitían contribuir a la estabilidad del sistema político y facilitar un equilibrio con los demás órganos constitucionales y territoriales,
Prosiguió asegurando que era consciente de que la Monarquía Parlamentaria debía ser abierta y comprometida con la sociedad, fiel y leal intérprete de las aspiraciones y esperanzas de los ciudadanos. La Corona, continuo, debía ganarse continuamente el aprecio, respeto y confianza de los Ciudadanos, y para ello velaría por la dignidad de la institución, preservar su prestigio y “observar una conducta íntegra, honesta y transparente, como corresponde a su función institucional y a su responsabilidad social”
Transmitió su cercanía y solidaridad hacía todos aquellos ciudadanos a los que el rigor de la crisis económica había golpeado duramente. Dijo que todos tenían el deber moral de trabajar para revertir esa situación y ofrecerles una protección a las personas y a las familias más vulnerables. Quiso transmitir un mensaje de esperanza, especialmente a los más jóvenes, en que la solución a los problemas y, en particular la obtención de un empleo, sería una responsabilidad ineludible de todos los poderes públicos.
Don Felipe recordó que los hombres y mujeres de su generación aspiraban a una España donde se puedan alcanzar acuerdos entre las fuerzas políticas, donde los ciudadanos y sus preocupaciones fueran el eje de la acción política y donde los ciudadanos recuperasen y mantuvieran la confianza en sus instituciones, junto con una sociedad basada en el civismo y la tolerancia, en la honestidad y el rigor, siempre con mentalidad abierta y constructiva.
Aseveró su fe en la unidad de España argumentando que “Unidad que no es uniformidad, Señorías, desde que en 1978 la Constitución reconoció nuestra diversidad como una característica que define nuestra propia identidad, al proclamar su voluntad de proteger a todos los pueblos de España, sus culturas y tradiciones, lenguas e instituciones. Una diversidad que nace de nuestra historia, nos engrandece y nos debe fortalecer”.
El Rey quiso hacer especial mención en la convivencia histórica de las tradiciones y culturas diversas, en la interrelación que nos habían enriquecido como pueblo. La España “unida y diversa, basada en la igualdad de los españoles, en la solidaridad entre sus pueblos y en el respeto a la ley, cabemos todos; caben todos los sentimientos y sensibilidades, caben las distintas formas de sentirse español. Porque los sentimientos, más aún en los tiempos de la construcción europea, no deben nunca enfrentar, dividir o excluir, sino comprender y respetar, convivir y compartir”.
Don Felipe recordó que estamos asistiendo a profundas transformaciones en nuestras vidas, que al tiempo dan lugar a inquietud, incertidumbre o temor, pero que abren nuevas oportunidades de progreso. Afrontarlos y dar respuesta requieren el concurso de todos. El bienestar de los ciudadanos, continuo el Rey, exige situar a España en el siglo XXI.
La presencia en Europa e Iberoamérica fue otro de los puntos importantes del discurso del Rey. Enfatizó que España debía ayudar a construir una Europa fuerte, unida y solidaria. No se olvidó de Iberoamérica, a los que nos unen lazos de afecto y hermandad, recordó Don Felipe.
El Rey transmitió a los españoles sus esperanzas en un futuro basado en su fe en la sociedad española, “una sociedad madura y vital, responsable y solidaria que está demostrando una gran entereza y un espíritu de superación que merecen el mayor reconocimiento
Señorías, tenemos un gran País; Somos una gran Nación, creamos y confiemos en ella.
Decía Cervantes en boca de Don Quijote: «no es un hombre más que otro si no hace más que otro».
Yo me siento orgulloso de los españoles y nada me honraría más que, con mi trabajo y esfuerzo de cada día, los españoles pudieran sentirse orgullosos de su nuevo Rey»
Baño de multitudes
Era el turno de la proclamación por parte del pueblo, cientos de miles de ciudadanos que se habían congregado a las puertas del Congreso y llenaban el Paseo del Prado, Cibeles, Gran vía en toda su extensión, Plaza de España y sobre todo la Plaza de Oriente. En uno de los Rolls Royce que pertenecen a la Casa Real, más concretamente en el Phantom IV descapotable, 1948-1956, inició SM el Rey su recorrido.
De pie y saludando a los españoles allí congregados el Rey, acompañado a su lado por la ya Reina Consorte Letizia, iniciaba el camino que les conduciría hasta el Palacio Real de Oriente escoltado por los Lanceros y Coraceros de la Guardía Real. Bajando hasta la plaza Canovas del Castillo, cogiendo el Paseo del Prado hasta la Cibeles y enfilando la Gran Vía, las calles engalanadas para la ocasión se fundían con las Banderas de España que portaban las miles de personas que los acompañaron por todo el Recorrido hasta llegar al Palacio Real.
Al llegar a la Plaza de Oriente el Rey fue recibido por la Marcha Real y por los 21 cañonazos que anuncian la llegada del Monarca. Don Felipe entraba por primera vez en el Palacio Real como Rey de España y tras una espera que se hizo larga, los Reyes salieron al balcón de Palacio para saludar a los españoles allí congregados. Primero los Reyes a los que acompañaron sus hijas la Princesa de Asturias y la Infanta Sofia y tras ellos los Reyes eméritos Don Juan Carlos y Doña Sofia.
Los actos del día de la Proclamación no habían acabado. Más de 2000 personas fueron recibidas por los Reyes en el salón del Trono, empezando por el Gobierno en pleno, Diputados, Senadores y presidentes de las Comunidades Autonomas, sindicalistas, politicos, empresarios, deportistas, periodistas, mienbros de ONG´s, artistas, así hasta la mayor representación de la sociedad española.
SM los Reyes dieron por finalizado el acto cerca de las 16 h de la tarde de ese 19 de Junio que ya forma parte de la historia del REINO DE ESPAÑA.
V.E.R.D.E.
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