3 años han pasado ya de aquel 2 de junio de 2014, que nos sorprendía a todos con el anuncio de la Abdicación de SM el Rey Juan Carlos I en su hijo, el hoy Rey Felipe VI. Noticia inesperada, que ponía fin a un periodo de la historia de España en la que el Reino consiguió por fin la anhelada paz, una verdadera constitución, siendo la primera democrática de toda su historia, que fue redactada por todos los partidos políticos y la única refrendada por el conjunto de la Nación Española por una abrumadora mayoría.
El Reinado de Juan Carlos I será recordado como uno de los más largos y prósperos en la historia de España. Con él en la máxima magistratura de la Nación, España supo cerrar las mutuas heridas que el periodo republicano, guerra civil y el régimen franquista había abierto en canal.
Juan Carlos I recibió poderes practicamente absolutos de parte del General Franco, y se puso como misión fundamental entregar la soberanía nacional a sus legítimos propietarios, los españoles. Y no fue fácil la encomienda que tenía por delante, ya que tuvo varios frentes abiertos a lo largo de su andadura.
Ya como Príncipe de España, don Juan Carlos tuvo que luchar contra un bunker franquista y contra su propia familia. No fueron pocos los enfrentamientos que tuvo con su padre el Conde de Barcelona, que no veía con buenos ojos la aceptación de su hijo a heredar la Jefatura del Estado de manos de Franco, no solo porque se saltaba el natural orden de sucesión en la Corona, sino porque interpretaba que de esa forma le sería prácticamente imposible llevar a cabo las reformas necesarias para lograr la ansiada democracia. Pero Don Juan Carlos era consciente que, a pesar del disgusto que daba a su padre, era esencial aceptar, ya que de otra forma le hubiera sido imposible actuar como posteriormente lo hizo.
No tuvo tampoco nada fácil lidiar con el régimen franquista, que lo trataba a patadas en la prensa, al igual que a su padre. Cada vez que los entonces príncipes Juan Carlos y Sofía realizaban una visita a cualquier región española, un piquete de la Falange, con la connivencia del régimen, acudía allí con la intención de reventarlo. Tampoco los dirigentes del régimen hablaban bien de él ni le querían pilotando el Estado.
Luego estaba la oposición al régimen, la de izquierdas y derechas, que no creía que el nieto de Alfonso XIII pudiera llevar a cabo las reformas democráticas que el Reino pedía y le veían como un continuador más del sistema.
Toda una suerte de inconvenientes en el camino que Don Juan Carlos supo sortear para entregarnos el primer periodo democrático de la historia, haciendo de puente entre todas las tendencia políticas, reconciliando a los hermanos que se habían enfrentado desde el golpe de estado del 31 donde se impuso la república en España, sirviendo de empuje para las aspiraciones de paz y libertad de un pueblo, el español, que pedía a gritos su estabilidad.
El legado de Don Juan Carlos jamás podrá mancharse, porque no hay acto que consiga alcanzar sus méritos y herencia. Ni infidelidades, ni elefantes ni cualquier otro gesto harán jamás olvidar que SU MAJESTAD EL REY DON JUAN CARLOS DE BORBÓN Y BORBÓN DOS SICILIAS ha sido uno de los mejores Reyes que ha tenido España, que bajo su reinado se implantó la libertad, la justicia y democracia y que la estabilidad de su Reinado hizo que España alcanzara cotas de seguridad, bienestar y prestigio como jamás tuvimos. Otra cosa, es lo que los políticos han hecho con ello.
Es un hombre muy correcto y preparado el que,a una etad por altro buena y fuerte, se pone adelante los intereses de Su pueblo y pone su hijo sul Trono de Espana . La verdad es que Juan Carlos es un Rey bueno que defendiò Espana da formas de gobierno antiguadas y antisociales y con enorme corajo denunciò las malas manovras a todo el pueblo.Un Rey ase siempre mas por el Estado que
algun Presidente.Viva Jaun Carlos !
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