Tras dos largos años de una investigación artificial, y alargada de forma mezquina y miserable por un gobierno desbordado, la fiscalía del supremo, dependiente directamente del gobierno social comunista que preside el aún dirigente Pedro Sánchez Castejón, se ha visto obligada a cerrar una investigación, que más allá de intentar dilucidar supuestos delitos fiscales del Rey Juan Carlos, tenía como objetivo la democracia, la libertad y quién sustenta en España su bandera, que es La Corona.
No cabía duda alguna, que esta causa abierta, que sin ser juzgada ya había sido condenada, era un intento de acabar con la institución que mantiene los pilares de la democracia y la constitución en España, la institución que se puso en pie contra los golpistas catalanes que intentaron subvertir el orden constitucional, y la institución que hace una defensa firme y contundente de nuestra constitución, pilar fundamental de la convivencia democrática en España, y que los socios del gobierno social comunista de Sánchez, quieren dinamitar.
Su majestad el Rey don Juan Carlos representa la libertad, la democracia que nos dimos todos tras una nefasta y sanguinaria segunda república que se impuso en España tras el golpe de Estado del 14 de abril del 31, un régimen no democrático que quiso acabar con la vida de millones de españoles, una guerra civil promovida y provocada por la izquierda, que quería instaurar un régimen soviético en España, y 40 años de dictadura. Todos aquellos que han querido acabar con La Corona, a través de las injurias y una investigación que desde el principio tenía visos de ser artificial y orquestado desde el gobierno, tienen el mismo objetivo, que es acabar con la democracia en España. El partido socialista, de la mano del nefasto Pedro Sánchez, ha vuelto a sus orígenes radicales de la mano de los comunistas de Podemos, los asesinos etarras de Bildu, y los golpistas de Esquerra y JxCat, una caterva de socios, lo más infrahumano del espectro político, que quieren liquidar la nación Española.
Don Juan Carlos ha sufrido la ignominia de muchos que antes iban detrás de él para conseguir su «amistad» o prebendas y que salieron corriendo cuando los ataques empezaron hacerse más crueles.
Su Majestad, decidirá si quiere volver a España a vivir o no, porque aun cuando a todas luces nadie puede achacarle nada, todos somos conscientes que la izquierda radical ya le juzgo de ante mano y seguramente el dolor inmenso que siente Don Juan Carlos, conlleve que su residencia no sea ya permanente en España, visto lo que estos años ha tenido que soportar.
El Rey Juan Carlos, tendrá siempre el agradecimiento de millones de españoles que no olvidaremos jamás la gran labor y trabajo que hizo a lo largo de su reinado para traer la democracia, consolidarse y aupar a España de donde jamás debería hacer salido, los primeros puestos mundiales como nación.